La OCU ha vuelto a poner el dedo en la llaga, y no es para menos, ya que el universo de las aplicaciones móviles esconde a menudo trampas económicas que pasan desapercibidas para el usuario medio. Hablamos de esas suscripciones que se activan casi sin darnos cuenta, aprovechando un descuido, una letra pequeña ilegible o la promesa de un servicio gratuito que, de repente, comienza a generar cargos recurrentes en nuestra cuenta bancaria. Un goteo de dinero que, euro a euro, puede convertirse en una sangría considerable a final de mes, y que tiene a muchos con la mosca detrás de la oreja.
El fenómeno no es nuevo, pero parece haberse sofisticado con el auge de los servicios digitales, donde la facilidad para contratar contrasta con la dificultad, a veces hercúlea, para darse de baja. La Organización de Consumidores y Usuarios lleva tiempo advirtiendo sobre estas prácticas, que rayan en lo abusivo y juegan con la confianza y, en ocasiones, con la falta de pericia tecnológica de una parte de la población. La clave está en estar alerta y saber dónde mirar, porque muchas de estas apps están instaladas en nuestros teléfonos sin que seamos plenamente conscientes de sus implicaciones financieras.
1¿LA LETRA PEQUEÑA DIGITAL? EL AVISO DE LA OCU QUE DEBERÍAS ESCUCHAR

En la era digital, la tradicional letra pequeña de los contratos ha mutado, escondiéndose ahora tras intrincados menús de configuración o en extensos términos y condiciones que casi nadie se detiene a leer con la atención debida. La OCU señala que muchas aplicaciones se aprovechan de esta circunstancia, especialmente aquellas que ofrecen periodos de prueba gratuitos que, una vez finalizados, se convierten automáticamente en suscripciones de pago si el usuario no realiza una cancelación expresa y, a menudo, complicada. Es un mecanismo sutil pero tremendamente efectivo para captar clientes que, en realidad, no deseaban continuar con el servicio.
El problema se agrava porque estas suscripciones suelen ser de importes relativamente bajos, lo que hace que pasen más fácilmente desapercibidas en el extracto bancario mensual, camufladas entre otros gastos. Sin embargo, la suma de varias de estas «pequeñas» cuotas puede suponer un desembolso importante a lo largo del año. La labor de la OCU al destapar estas prácticas es fundamental para que los consumidores tomen conciencia y revisen con lupa los permisos y las condiciones de cada aplicación que descargan o servicio al que se suscriben, por muy inocente que parezca a primera vista.