‘MasterChef 13’ se ha convertido en uno de los programas más vistos de la televisión española, pero en esta ocasión no ha sido su cocina ni sus platos lo que ha dado de qué hablar. La grabación de la gran final, llevada a cabo el martes 24 de junio en el Complejo Policial de Canillas en Madrid, ha generado un fuerte malestar entre los cuerpos policiales destinados en ese recinto. El despliegue de medios ha sido tal que incluso incluyó el aterrizaje de un helicóptero en el techo de la Subdirección General de Logística, algo que no ha sentado nada bien a los funcionarios que trabajan allí.
La elección de este recinto de máxima seguridad como escenario para la final de ‘MasterChef 13’ ha encendido los ánimos entre los agentes. Según han manifestado fuentes internas a Escudo Digital, el rodaje ha entorpecido las labores diarias de unidades clave como la policía judicial, la científica y la de información. “Es como si no tuviéramos nada que hacer”, han lamentado algunos funcionarios, visiblemente molestos por lo que consideran una exhibición innecesaria y sin valor añadido para la institución.
1Una final de impacto… pero ¿a qué costo?

‘MasterChef 13’ ha optado por cerrar su temporada con una final espectacular. El despliegue ha incluido no solo un montaje técnico de gran envergadura, sino también elementos audiovisuales de alto impacto como la llegada de un helicóptero o la presencia de caballos. La intención de los responsables del programa era dejar una huella visual imborrable. Sin embargo, el contexto elegido ha levantado muchas críticas, sobre todo dentro de la propia Policía Nacional.
Los agentes destinados en Canillas consideran que este tipo de grabaciones no solo interrumpen su jornada laboral, sino que también comprometen el carácter reservado y operativo del complejo. “Para hacer operativos no tenemos estos recursos. Pero para grabar un programa sí”, señalan con cierta indignación. La sensación general es que el espectáculo ha primado por encima de la lógica institucional y el respeto al trabajo policial.