La maquinaria del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se encuentra en plena ebullición tras la reciente cumbre de la OTAN en La Haya, donde todos los miembros, incluida España, firmaron un acuerdo para aumentar el gasto militar hasta el 5% del PIB. Una decisión que, pese a las declaraciones iniciales de Sánchez, ha puesto al presidente en una difícil posición, especialmente frente a sus socios de gobierno y la oposición. Ambos en desacuerdo por diferentes motivos.
La reacción más contundente ha llegado desde Podemos. Su secretaria general, Ione Belarra, no dudo en calificar la situación como la «foto de las Azores» particular de Sánchez, equiparando su encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a la polémica cumbre que precedió a la guerra de Irak.
Belarra denunció que la «mentira» del Gobierno sobre el rechazo a aumentar el gasto en Defensa «no ha durado ni 24 horas. «En la cumbre de la OTAN, van a firmar la mayor traición a la gente trabajadora de este país desde que Zapatero aceptó las políticas de austeridad», sentenció, exigiendo al Gobierno que «no firmen» el aumento del gasto y que saque a España de la OTAN, a la que considera una «organización criminal».
Con un tono desafiante, Belarra insistió en que lo que hay que hacer es decir «alto y claro ‘Fuck Trump’ y ‘Fuck OTAN'», advirtiendo que seguir las órdenes del presidente estadounidense pone a España «en peligro». La líder de Podemos recordó la Cumbre de las Azores y la figura de José María Aznar, proyectando que la imagen de Sánchez junto a Trump y Von der Leyen «les va a perseguir toda la vida».

LA OTAN CIERRA FILAS Y REMARCA QUE NO HAY EXCEPCIONES AL 5%
A pesar de los intentos de España por «interpretar» el acuerdo, la realidad desde la OTAN es clara: no hay excepciones. Los líderes de la Alianza Atlántica han asumido que el nuevo compromiso de gasto se fijará en el 5% del PIB, tal y como exige Donald Trump.
El primer ministro belga, Bart De Wever, fue uno de los primeros en desmentir la postura española, calificando el objetivo del 5% de «realista» y subrayando que la OTAN «no es tonta». «Me gustaría resaltar que no hay ninguna excepción. Todos aceptan el mismo texto y es una cuestión de interpretación. Tienen que hacer el 5% y las capacidades», afirmó De Wever, quien incluso ironizó con la «genialidad» de Sánchez si lograba cumplir los requerimientos invirtiendo menos.

MONTERO INICIA LA DEFENSA DE SÁNCHEZ
Ante las críticas, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, salió en defensa de Sánchez, acusando a Podemos de «no ver la realidad» y de impedir el progreso de las políticas progresistas. Montero reprochó a Belarra ser «la única en todo el mundo» que no enteró de que España se ha mantenido en su posición de no incrementar el gasto en Defensa «contra viento y marea».
Por su parte, el ministro de Economía, Comercio y Empresas, Carlos Cuerpo, reafirmó el compromiso de España de estar «a la altura, como un aliado más», aunque insistió en que la discusión sobre el porcentaje está «mal orientada. Cuerpo defendió que España invertirá el 2,1% de su PIB, lo que considera suficiente para cubrir las capacidades necesarias. España va a estar a la altura como un aliado más», aseguró, resaltando la «excelente» imagen económica del país a nivel internacional.

RUTTE CONFIRMÓ QUE ESPAÑA FIRMÓ EL ACUERDO
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, aunque reconoció que España es «seria» en cuanto a su compromiso de gasto militar, fue contundente al reiterar que deberá dedicar el 3,5% como el resto de miembros. «Estamos de acuerdo en el desacuerdo», resumió Rutte sobre el choque con España. El ex primer ministro neerlandés señaló que la OTAN evaluará la evolución del gasto de los aliados en informes anuales y que en 2029 se realizará una revisión de los planes de gasto.
La declaración firmada por todos los líderes de la OTAN tras la cumbre de La Haya establece un compromiso de inversión anual del 5% del PIB en necesidades básicas de defensa y gastos relacionados con la defensa y la seguridad de aquí a 2035. Además, la Alianza confirma otra partida de hasta 1,5% del PIB para inversiones relacionadas con Defensa, lo que consolida la nueva fórmula de gasto militar en la OTAN y deja a España en una posición comprometida frente a sus socios y su propia política interna.
La polémica está servida y la capacidad de Pedro Sánchez para justificar esta decisión ante sus socios de gobierno y la opinión pública será clave en las próximas semanas. Aunque conociendo al presidente del Gobierno todo es posible, dentro de su núcleo fuerte del Ejecutivo confían en salir a flote nuevamente de esta situación.