jueves, 26 junio 2025

Si ves esta luz parpadeante en tu router, podrías estar compartiendo tu conexión con vecinos o hackers sin saberlo

Ese pequeño aparato llamado router, esa caja discreta que solemos ignorar y que nos abre las puertas al vasto mundo de internet, a veces nos lanza señales que pasamos por alto, pero que pueden ser un indicativo claro de problemas. Una de las más comunes y a la vez más desatendidas es el parpadeo incesante de alguna de sus luces indicadoras, especialmente la relativa a la actividad inalámbrica, la luz WLAN. Mucha gente cree que es algo normal, parte del funcionamiento rutinario del dispositivo que gestiona toda nuestra conectividad doméstica o profesional, pero la realidad es que, en ciertas condiciones, ese parpadeo puede esconder una historia mucho más inquietante de lo que imaginamos.

Publicidad

Ignorar estas señales es como desoír una alarma silenciosa en nuestra propia casa digital; podríamos estar ajenos a que nuestra conexión, que pagamos religiosamente cada mes, está siendo utilizada por terceros sin nuestro conocimiento ni consentimiento. No hablamos solo de ese vecino aprovechado que busca WiFi gratis, sino de amenazas más serias como intrusos que acceden a nuestra red para fines maliciosos o para ocultar su rastro digital, convirtiéndonos, sin saberlo, en cómplices involuntarios de actividades ilícitas.

2
VECINOS CARADURAS: EL ROBO DE WIFI COMO DELITO DIGITAL

Fuente: Freepik

Uno de los escenarios más comunes detrás de una luz WLAN del router parpadeando sin control es que un vecino esté «mangando» tu WiFi. Puede parecer una travesura menor para algunos, casi inocente, pero usar la conexión de otro sin permiso no solo es una falta de respeto, sino que constituye un acceso no autorizado a una red privada, lo cual tiene implicaciones legales. La cercanía física facilita este tipo de intrusión, especialmente si no se han tomado medidas de seguridad básicas para proteger la red inalámbrica de casa, como cambiar la contraseña predeterminada o usar un cifrado robusto.

Estos «gorrones» de WiFi suelen buscar redes abiertas o con contraseñas débiles para ahorrarse la cuota mensual de internet. Su actividad, que a menudo se limita a navegar por internet, ver vídeos o descargar archivos, genera un tráfico constante que se manifiesta en ese parpadeo persistente del router. Aunque su intención no sea maliciosa per se hacia tus datos, su presencia ralentiza tu propia conexión y te hace responsable, en cierta medida, de las actividades que realicen mientras usan tu red, lo cual es un riesgo considerable que poca gente valora adecuadamente hasta que surge un problema gordo.

Publicidad
Publicidad