Ese pequeño aparato llamado router, esa caja discreta que solemos ignorar y que nos abre las puertas al vasto mundo de internet, a veces nos lanza señales que pasamos por alto, pero que pueden ser un indicativo claro de problemas. Una de las más comunes y a la vez más desatendidas es el parpadeo incesante de alguna de sus luces indicadoras, especialmente la relativa a la actividad inalámbrica, la luz WLAN. Mucha gente cree que es algo normal, parte del funcionamiento rutinario del dispositivo que gestiona toda nuestra conectividad doméstica o profesional, pero la realidad es que, en ciertas condiciones, ese parpadeo puede esconder una historia mucho más inquietante de lo que imaginamos.
Ignorar estas señales es como desoír una alarma silenciosa en nuestra propia casa digital; podríamos estar ajenos a que nuestra conexión, que pagamos religiosamente cada mes, está siendo utilizada por terceros sin nuestro conocimiento ni consentimiento. No hablamos solo de ese vecino aprovechado que busca WiFi gratis, sino de amenazas más serias como intrusos que acceden a nuestra red para fines maliciosos o para ocultar su rastro digital, convirtiéndonos, sin saberlo, en cómplices involuntarios de actividades ilícitas.
3HACKERS Y MALOS USOS: CUANDO EL PELIGRO ACECHA EN LA SOMBRA DIGITAL

Más allá del vecino oportunista, un parpadeo inusual en la luz WLAN del router podría estar señalando algo mucho más grave: la presencia de hackers. Estos intrusos no buscan solo internet gratis; su objetivo puede ser acceder a los dispositivos conectados a tu red para robar información sensible, infectarlos con malware, o utilizar tu conexión como trampolín para lanzar ataques a terceros o realizar actividades ilegales sin dejar rastro directo en su propia ubicación. Es un escenario de película de espías, pero que lamentablemente es una realidad cada vez más frecuente en el mundo digital actual, donde la ciberseguridad de los hogares sigue siendo el eslabón más débil.
Un hacker puede haber accedido a tu router explotando vulnerabilidades en el firmware, utilizando ataques de fuerza bruta contra tu contraseña WiFi, o aprovechándose de funciones como el WPS mal configurado. Una vez dentro, pueden operar discretamente, generando un tráfico constante (el que ves reflejado en el parpadeo) mientras acceden a archivos compartidos, monitorizan tu tráfico o utilizan tu IP para actividades ilícitas. Su sofisticación hace que sea más difícil detectarlos que a un simple vecino, y las consecuencias de su intrusión pueden ser devastadoras para tu privacidad y seguridad digital, desde el robo de identidad hasta ser investigado por actividades que no has cometido.