miércoles, 16 julio 2025

Este truco en tu lavadora reduce el consumo eléctrico un 30% y alarga la vida de tu ropa

La lavadora se ha convertido en un electrodoméstico indispensable en nuestros hogares, pero su uso continuado puede disparar la factura eléctrica y, si no se utiliza correctamente, acortar la vida útil de nuestras prendas favoritas. Muchos consumidores, en un intento por asegurar una limpieza profunda, recurren a programas largos y altas temperaturas, sin ser conscientes de que existen alternativas mucho más eficientes y respetuosas tanto con el bolsillo como con los tejidos. La clave reside en pequeños gestos y cambios de hábitos que, sumados, marcan una gran diferencia.

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Desvelar los secretos para optimizar cada ciclo de lavado no requiere de conocimientos técnicos avanzados, sino de aplicar una lógica aplastante que a menudo pasamos por alto en la vorágine del día a día. Estamos hablando de una combinación de factores que, al trabajar en sintonía, transforman por completo la experiencia de lavar la ropa. Imagina poder reducir significativamente tu consumo energético y, al mismo tiempo, proteger esas prendas a las que tanto cariño tienes, todo ello con un simple ajuste en tu rutina. Sigue leyendo y descubre cómo este sencillo truco puede revolucionar tu forma de usar la lavadora.

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LA CARGA COMPLETA: OPTIMIZANDO CADA CICLO DE TU LAVADORA

Fuente Pexels

Otro pilar fundamental para maximizar la eficiencia de nuestra lavadora y reducir el consumo innecesario es asegurarse de utilizarla siempre con una carga completa, pero sin sobrecargarla. Poner en marcha el electrodoméstico con apenas unas pocas prendas es uno de los errores más comunes y costosos, ya que la lavadora consumirá prácticamente la misma cantidad de agua y energía que si estuviera llena, diluyendo la eficacia del detergente y malgastando recursos valiosos. Esperar a tener suficiente ropa para llenar el tambor de manera adecuada es una práctica sencilla con un impacto económico y ambiental muy positivo.

Saber cuál es la carga óptima es sencillo: deberías poder introducir una mano abierta en la parte superior del tambor, entre la ropa y la pared del mismo. Una carga demasiado apretada impedirá que el agua y el detergente circulen correctamente, resultando en una limpieza deficiente y un mayor desgaste para las prendas y para los mecanismos de la lavadora. Por el contrario, una carga adecuada permite que la ropa se mueva libremente, facilitando la acción del detergente y asegurando un lavado y aclarado uniformes, lo que se traduce en ropa más limpia y un mejor aprovechamiento de cada ciclo de lavado.

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