La copa de frutas con nata se ha convertido, sin apenas proponérselo, en uno de los postres estrella del verano. Fresca, vistosa y muy sencilla de preparar, es la elección perfecta para quienes buscan algo más especial que una simple pieza de fruta sin caer en excesos. Su combinación de sabores, texturas y colores no solo conquista por el paladar, sino también por la vista, y se adapta a todos los gustos con facilidad.
Lejos de las elaboraciones complejas, la copa de frutas con nata es una de esas recetas que parecen más sofisticadas de lo que realmente son. Ideal para después de una comida ligera o como merienda, resulta perfecta para los días calurosos gracias a su alto contenido en agua, su toque dulce natural y la suavidad de la nata montada. Además, permite aprovechar las frutas de temporada, lo que la convierte también en una opción económica y saludable.
2Preparación paso a paso de este delicioso postre de verano
La copa de frutas con nata empieza con un buen corte de las frutas. Todas deben ir peladas y troceadas en cubos pequeños y uniformes para facilitar la presentación y la mezcla de sabores. Se recomienda dejar algunas piezas enteras o en láminas finas para decorar la parte superior. Un pequeño truco es rociar las frutas con un poco de zumo de naranja natural o unas gotas de limón para que se conserven frescas y no se oxiden.
Luego, se monta la copa por capas. Primero, una base de frutas más jugosas como la piña o el melón, seguida de frutas más firmes como el plátano o el kiwi. Encima se añade una capa generosa de nata montada, y se repite el proceso hasta llenar la copa. En la parte superior, se puede decorar con frutos rojos, unas hojas de menta y un toque de sirope o miel si se desea. Servida bien fría, esta copa de frutas con nata es un final perfecto para cualquier comida.
