sábado, 12 julio 2025

La DGT revela los cinco peores errores cometidos por los motoristas que más accidentes provocan

La DGT ha puesto el foco, una vez más, en la siniestralidad en nuestras carreteras, señalando específicamente aquellos comportamientos al manillar de una moto que, según sus análisis, son los más letales. No hablamos de meras infracciones, sino de hábitos arraigados o descuidos puntuales que, sumados, dibujan un mapa preocupante de los riesgos a los que se enfrentan (y exponen) los motoristas cada día. Es una radiografía descarnada que obliga a la reflexión urgente sobre la cultura de la seguridad en las dos ruedas en España. Este informe no es un capricho administrativo; es el resultado de años de recopilación de datos, de análisis fríos de tragedias que, en muchos casos, pudieron haberse evitado con un mínimo de conciencia y respeto por las normas y por la propia vida.

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Resulta paradójico que la sensación de libertad que buscan muchos al subirse a una moto sea precisamente lo que, mal entendida, les lleve a asumir riesgos desmedidos. La velocidad, la prisa por zigzaguear entre el tráfico, el convencimiento de que «a mí no me pasa nada» o el simple descuido de no abrocharse bien el casco o usar uno caducado, son los ingredientes perfectos para el desastre según los datos de la DGT. Estas conductas, lejos de ser anécdotas, son patrones recurrentes que se repiten en una proporción alarmante de los accidentes mortales o con lesiones graves que se registran anualmente en nuestras vías. La Administración lo advierte con insistencia, pero parece que el mensaje no cala lo suficiente o, peor aún, se ignora sistemáticamente por un sector de los usuarios de moto.

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CASCOS NO HOMOLOGADOS O MAL UTILIZADOS: EL ESCUDO PERFORADO

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El casco es, sin discusión, el elemento de seguridad pasiva más importante para un motorista. Su correcta elección y uso pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte o entre una lesión leve y un daño cerebral irreparable. Sin embargo, la DGT sigue detectando que un número preocupante de accidentes mortales involucran el uso de cascos que no cumplen la normativa europea (homologados) o que, siéndolo, no se utilizan correctamente (talla inadecuada, correa sin abrochar). Un casco homologado ha pasado rigurosas pruebas de impacto y resistencia, y su diseño está pensado para absorber y disipar la energía de un golpe, protegiendo así el cerebro y el cráneo del motorista, algo fundamental para reducir las lesiones en caso de caída, según los análisis de la DGT.

Usar un casco no homologado, quizás comprado por internet a un precio sospechosamente bajo o adquirido en el extranjero sin la garantía de cumplir las normas europeas, es como no llevar nada; su capacidad de protección es mínima o nula. Peor aún es llevar un casco homologado pero sin abrochar la correa, convirtiéndolo en un simple sombrero que saldrá despedido al menor impacto. La DGT insiste en que invertir en un buen casco homologado y asegurarse de que se ajusta perfectamente y va bien abrochado no es un gasto, es la mejor inversión en seguridad que un motorista puede hacer, y su ausencia o mal uso está detrás de muchas de las lesiones craneoencefálicas graves en accidentes de moto**.

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