viernes, 27 junio 2025

Este gesto aparentemente inofensivo al aparcar puede costarte 200€ y 4 puntos: la DGT lo recuerda cada verano

La DGT lo recuerda cada verano y el aviso es claro como el agua: aparcar, ese gesto cotidiano que hacemos casi sin pensar, esconde trampas que pueden salirnos muy caras. Nos relajamos al volante con el buen tiempo, las carreteras se llenan de gente y parece que la prisa o la pereza nos empujan a buscar el sitio más cercano, obviando señales y marcas viales. Sin embargo, ciertas maniobras de estacionamiento, que a simple vista podrían parecer una pequeña infracción, esconden un peligro real para la seguridad y vienen acompañadas de sanciones que duelen en el bolsillo y, lo que es peor, en el saldo de puntos del carné.

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Existe un tipo de estacionamiento que la Dirección General de Tráfico, la DGT, señala con insistencia en sus campañas estivales por su particular riesgo: estacionar sobre una línea continua, que marca zonas de especial peligrosidad o prohibición, o hacerlo invadiendo o a una distancia inadecuada de un paso de peatones. Aunque parezca un detalle menor, la imprudencia de dejar el coche donde no debemos, incluso «solo un momento», puede tener consecuencias mucho más graves que una simple multa, alcanzando los 200 euros de sanción económica y la retirada de hasta 4 puntos del permiso de conducir. Es un recordatorio vital en esta época del año.

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MÁS QUE UNA LÍNEA: EL PELIGRO DE APARCAR SOBRE ELLA

Fuente: Freepik

Las líneas continuas en la calzada no están ahí por casualidad; son señales inequívocas de que nos encontramos en un tramo especialmente delicado de la vía. Su presencia indica que, en ese punto, las condiciones (una curva con poca visibilidad, un cambio de rasante, una intersección próxima, una entrada o salida peligrosa) hacen que esté prohibido adelantar, cambiar de carril e, indefectiblemente, parar o estacionar. Aparcar sobre una de estas líneas o justo al lado, de forma que se invada el espacio que protegen, es desafiar directamente la seguridad vial, porque a menudo se impide el uso completo del carril, se crea un estrechamiento inesperado o se anula por completo la visibilidad necesaria para que otros vehículos o usuarios reaccionen a tiempo.

Estacionar invadiendo o pisando una línea continua es, por tanto, una acción que la DGT cataloga como grave por su potencial lesivo. No se trata de un simple olvido o un error tonto; es colocar un obstáculo estático en un lugar diseñado específicamente para estar despejado por motivos de seguridad. Esto obliga a los demás conductores a realizar esquivas, a frenar bruscamente o a invadir el carril contrario en situaciones comprometidas, aumentando el riesgo de colisión frontal o lateral. La aparente inocuidad de «solo estar un momento» en un lugar prohibido por una línea continua se desvanece cuando se comprende el análisis de riesgo que hay detrás de esa señalización horizontal, un análisis que la DGT tiene muy presente en sus campañas de concienciación.

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