La DGT lo recuerda cada verano y el aviso es claro como el agua: aparcar, ese gesto cotidiano que hacemos casi sin pensar, esconde trampas que pueden salirnos muy caras. Nos relajamos al volante con el buen tiempo, las carreteras se llenan de gente y parece que la prisa o la pereza nos empujan a buscar el sitio más cercano, obviando señales y marcas viales. Sin embargo, ciertas maniobras de estacionamiento, que a simple vista podrían parecer una pequeña infracción, esconden un peligro real para la seguridad y vienen acompañadas de sanciones que duelen en el bolsillo y, lo que es peor, en el saldo de puntos del carné.
Existe un tipo de estacionamiento que la Dirección General de Tráfico, la DGT, señala con insistencia en sus campañas estivales por su particular riesgo: estacionar sobre una línea continua, que marca zonas de especial peligrosidad o prohibición, o hacerlo invadiendo o a una distancia inadecuada de un paso de peatones. Aunque parezca un detalle menor, la imprudencia de dejar el coche donde no debemos, incluso «solo un momento», puede tener consecuencias mucho más graves que una simple multa, alcanzando los 200 euros de sanción económica y la retirada de hasta 4 puntos del permiso de conducir. Es un recordatorio vital en esta época del año.
3CRUZANDO LA LÍNEA: APARCAR CERCA DE PEATONES

Los pasos de peatones son uno de los puntos más sensibles de la red viaria, lugares donde los usuarios más vulnerables –los peatones– interactúan directamente con los vehículos. Las normas de tráfico establecen distancias mínimas a las que se puede estacionar de un paso de cebra, generalmente cinco metros en zona urbana, para garantizar que tanto los conductores que se aproximan como los peatones que esperan para cruzar tengan una visibilidad total del uno y del otro. Aparcar demasiado cerca o, lo que es aún peor, invadiendo el propio paso de peatones, elimina esa visibilidad crítica, creando una trampa mortal para ambos.
Cuando un coche estaciona justo antes de un paso de peatones, impide que el conductor que llega vea si hay alguien esperando para cruzar y, simultáneamente, evita que el peatón vea si se aproxima algún vehículo. Esta falta de contacto visual previo y de tiempo de reacción es la causa de muchos atropellos, especialmente graves cuando se trata de niños o personas mayores. La DGT pone un énfasis particular en esta infracción porque atenta directamente contra la seguridad de los peatones, que tienen la prioridad en estos puntos. Considerar que estacionar «un poquito» sobre la distancia de seguridad a un paso de cebra es insignificante ignora la realidad de que esos pocos metros o esa invasión parcial pueden ser la diferencia entre una parada a tiempo y un accidente, algo que la DGT se esfuerza en recordar constantemente.