sábado, 28 junio 2025

La cala secreta de Galicia que aparece y desaparece como por arte de magia

Galicia guarda secretos que parecen sacados de un cuento, y uno de ellos se esconde entre los acantilados de la Ría de Cedeira, en el norte de las Rías Altas. Allí, tras una caminata entre vegetación salvaje y unas escaleras de madera casi ocultas, se revela una cala que nada tiene que envidiar a los parajes más idílicos del Mediterráneo. Arena blanca, aguas turquesas y un silencio casi sagrado definen a este pequeño refugio natural que, sin embargo, solo se deja ver cuando baja la marea. En cuanto el agua sube, desaparece como por arte de magia, tragada por el mismo mar que la acaricia.

Publicidad

Galicia, tierra de contrastes y paisajes que cortan la respiración, ha convertido esta cala en uno de sus tesoros más singulares. No es una playa al uso, ni siquiera está en las guías más transitadas, pero quienes la conocen saben que es un paraíso que se rige por el calendario de sus mareas. Su visita requiere atención, tiempo y un poco de suerte, porque si llegas con el mar alto, lo único que verás será el acantilado y la espuma rompiendo sobre la roca. Pero si das con ella a la hora justa, lo que encuentras es pura magia.

2
Galicia entre faros, leyendas y vestigios marineros

Fuente: Pexels

El entorno de Cala Sonreiras es otra razón para visitarla. Galicia no solo ofrece playas, sino también rutas cargadas de historia, patrimonio y leyendas. Muy cerca de la cala se alza el Faro de Robaleira, construido en 1861 y hoy deshabitado, pero todavía en pie como vigía silencioso del puerto de Cedeira. Desde allí, la vista del mar y del pueblo marinero es sobrecogedora. A unos minutos se encuentra también el Faro de Punta Candieira, otro imprescindible del litoral gallego, y los acantilados de Herbeira, los más altos de Europa continental.

El alma marinera de Galicia también se deja ver en detalles más humildes pero igual de significativos, como las lonjas donde aún se subastan percebes y berberechos, o los restos de viveros en los que se criaba marisco hace siglos, que todavía se pueden ver cerca de la cala. A escasos metros, el castillo de A Concepción, construido en el siglo XVIII, recuerda el pasado defensivo de la villa. Todo ello convierte a Cala Sonreiras no solo en una playa especial, sino en una puerta de entrada a la historia viva de una Galicia que nunca deja de sorprender.

Publicidad
Publicidad