La increíble travesía en tren por el norte de España que National Geographic eligió como la más bella de Europa despierta la curiosidad de cualquiera que ame los viajes y los paisajes que quitan el aliento, una ruta ferroviaria que serpentea entre acantilados salvajes y el inmenso azul del Cantábrico ofreciendo vistas sencillamente espectaculares a cada giro del camino, una experiencia única que justifica plenamente el reconocimiento internacional. La elección de National Geographic no es casualidad, pues subraya la singularidad de este trayecto, una joya oculta en la costa vasca que regala momentos inolvidables a quienes se deciden a recorrerla sobre raíles, descubriendo pueblos marineros con encanto y una naturaleza indómita que se muestra en todo su esplendor.
Este recorrido ferroviario, conocido localmente como el Ferrocarril de la Costa Vasca, es mucho más que un simple medio de transporte; es un balcón privilegiado hacia uno de los litorales más dramáticos y hermosos de la península ibérica, un viaje lento que permite saborear cada kilómetro y sentir la brisa marina incluso desde la ventanilla, conectando pequeñas localidades con una autenticidad que el paso del tiempo parece haber respetado. Desde el asiento, se despliega un tapiz de verdes intensos que se encuentran abruptamente con el mar, creando un contraste visual fascinante que se graba en la retina, una invitación constante a la contemplación y a la desconexión del ritmo frenético del día a día. Prepararse para esta aventura es abrir la puerta a una perspectiva diferente del norte, una que se mueve al compás pausado de las vías.
1EL SECRETO DEL FERROCARRIL DE LA COSTA VASCA DESVELADO
El Ferrocarril de la Costa Vasca, gestionado por Euskotren, no es una línea de alta velocidad ni una ruta turística diseñada artificialmente; es una infraestructura que ha servido durante décadas a los habitantes de la zona, conectando ciudades y pueblos a lo largo del litoral, y es precisamente esa autenticidad la que le confiere su magia, pues se integra de forma natural en el paisaje y en la vida cotidiana de la región, permitiendo al viajero sentirse parte del entorno y no solo un observador externo, un detalle que a menudo se pierde en trayectos más comerciales. Su trazado sigue las caprichosas formas de la costa, adaptándose al relieve y ofreciendo vistas que cambian constantemente, desde tramos interiores entre colinas hasta otros donde el tren parece suspendido sobre el mar.
Esta travesía en tren parte habitualmente desde San Sebastián y se dirige hacia el oeste, atravesando localidades con nombres sonoros y con mucha historia marinera y rural, cada parada es una oportunidad para descubrir un rincón diferente de la costa vasca, desde Zarautz con su extensa playa surfera hasta Zumaia y Deba, famosas por el Geoparque de la Costa Vasca y sus impresionantes formaciones geológicas, los llamados ‘flysch’. La línea continúa hacia Bizkaia, pasando por Eibar o Durango, aunque el tramo costero más espectacular y el que probablemente captó la atención de National Geographic es el que discurre entre Gipuzkoa y la zona limítrofe con Bizkaia, un corredor verde y azul que es pura inspiración para los sentidos, un viaje que demuestra que la belleza a menudo se esconde en los caminos más inesperados.
