Froilán ha vuelto a ocupar titulares, aunque esta vez no por una fiesta ni por una nueva polémica, sino por algo más preocupante. La creciente tensión entre Estados Unidos e Irán ha generado inquietud en el entorno de la Casa Real, especialmente entre quienes más cercanos están al joven. Su madre, la infanta Elena, se encuentra preocupada por la cercanía del conflicto bélico a Emiratos Árabes Unidos, país donde residen tanto su padre, el rey Juan Carlos, como su hijo Froilán. Aunque por ahora el peligro no es inminente, la situación geopolítica mantiene en vilo a muchos.
Froilán llegó a Abu Dabi tras una etapa complicada en España. Su nombre aparecía con frecuencia en los medios por comportamientos controvertidos, amistades poco recomendables y una falta clara de rumbo. La decisión de abandonar Madrid para instalarse junto a su abuelo fue un giro de timón. En el Golfo Pérsico, encontró la distancia necesaria para alejarse del ruido y empezar una nueva vida. Y aunque todo parecía en calma, ahora el contexto internacional ha reavivado las alarmas.
1Froilán y su nueva vida en Abu Dabi

Froilán ha sorprendido a muchos con su capacidad para adaptarse a un entorno tan distinto al que conocía. Según fuentes cercanas, el joven se muestra satisfecho con su trabajo y entusiasmado con la proyección profesional que ha comenzado a construir. Su rutina diaria en Abu Dabi, lejos de las fiestas que marcaron su paso por Madrid, ha traído consigo una estabilidad poco habitual en su trayectoria. Quienes lo conocen destacan que Froilán es, por fin, un joven centrado.
Además, la figura de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos, ha sido clave en este cambio. Froilán mantiene una relación estrecha con él, y no son pocas las ocasiones en las que han sido vistos compartiendo cenas o eventos privados. Se dice incluso que Froilán actúa como su mano derecha, el único de los nietos que ha optado por seguir sus pasos más de cerca. Este vínculo, más personal que institucional, ha sido determinante para su proceso de maduración.