lunes, 30 junio 2025

Así es la piscina de Andalucía que honra la cultura del agua y fue lugar de “peregrinación” femenina

Andalucía es tierra de contrastes, donde el calor del verano exige creatividad para sobrellevar las altas temperaturas. En muchos pueblos andaluces, las horas del día se viven entre la penumbra de las casas, a la espera de que caiga el sol y llegue el alivio nocturno. Pero hay lugares donde el agua no solo refresca, sino que también cuenta historias. Cañaveral de León, en la provincia de Huelva, es uno de ellos. Allí se encuentra una piscina muy especial que no solo alivia el calor, sino que también honra una forma de vida profundamente arraigada en la tradición andaluza.

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La conocida como La Laguna no es una piscina cualquiera. Declarada Bien de Interés Cultural en 2009, bajo la categoría de Lugar de Interés Etnológico, este espacio representa el alma del pueblo. Situada frente al ayuntamiento, La Laguna ha sido durante generaciones punto de encuentro, recurso vital y símbolo de identidad para los vecinos. Especialmente para las mujeres, quienes, antes de la llegada del agua corriente a las casas, acudían cada día con cántaros y botijos a recoger el líquido imprescindible para sus hogares. Era, como se afirma desde el propio municipio, una auténtica “peregrinación”.

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Tradición que se impone al tiempo

Fuente: Pexels

Andalucía es tierra de resistencia cultural, y la historia de La Laguna lo confirma. A diferencia de otras localidades donde las piscinas municipales han desplazado prácticas más antiguas, en Cañaveral de León se ha optado por preservar este espacio tal como siempre fue. El agua fresca del manantial, el contacto directo con la piedra, el silencio del campo; todo contribuye a una experiencia distinta y profundamente enraizada.

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Esta piscina natural no necesita toboganes ni cloro para atraer a visitantes. Su encanto radica en lo auténtico, en lo sencillo y en lo compartido. En cada chapuzón, en cada conversación a la sombra, late una Andalucía que no quiere perder su esencia. Y es precisamente eso lo que convierte a La Laguna en mucho más que una piscina; es un refugio de identidad en pleno corazón del sur.

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