martes, 1 julio 2025

El archipiélago secreto de Galicia: 7 islas despobladas que puedes visitar en kayak

El archipiélago secreto de Galicia se revela no a los viajeros de ferry, sino a aquellos que se atreven a navegar a ras de agua, en silencio, movidos por la fuerza de sus propios brazos. Más allá de la imagen icónica de las islas Cíes, el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas esconde un rosario de siete islas y pequeños islotes despoblados, santuarios de naturaleza virgen que ofrecen una experiencia de descubrimiento y soledad casi extinta en el turismo moderno. La llave para acceder a este paraíso prohibido para las masas es una embarcación humilde y ancestral: el kayak.

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Esta no es una simple excursión, sino una inmersión en la esencia más pura de la costa atlántica, un viaje a un mundo donde la única banda sonora es el batir de las olas y el graznido de las aves marinas. Visitar estas islas en kayak es despojar al viaje de todo lo superfluo para quedarse con la aventura en estado puro. Es entender por qué esta esquina de Galicia es un territorio mágico, un lugar donde la belleza no se exhibe en grandes escaparates, sino que se susurra en calas escondidas, acantilados imponentes y bosques que flotan sobre el mar.

MÁS ALLÁ DEL FERRY: LA AVENTURA DE DESCUBRIR UN PARQUE NACIONAL

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El Parque Nacional de las Illas Atlánticas es conocido principalmente por los archipiélagos de Cíes y Ons, destinos predilectos que cada verano atraen a miles de visitantes en barcos de línea regular. Estos barcos, aunque cómodos, ofrecen una visión limitada y pautada del parque, desembarcando a sus pasajeros en puntos concretos y masificados. La verdadera dimensión de este tesoro natural, su carácter indómito y la diversidad de sus paisajes, solo se revela a quienes deciden explorarlo por sus propios medios, convirtiéndose en navegantes por un día en uno de los parajes más espectaculares de Galicia.

La piragua o el kayak de mar se convierten así en la herramienta definitiva para el explorador del siglo XXI. Permite un acercamiento sigiloso y respetuoso, una libertad de movimiento que transforma por completo la experiencia. Desde un kayak se pueden descubrir cuevas marinas o «furnas» inaccesibles a pie, desembarcar en arenales solitarios que no aparecen en los mapas turísticos, y observar la fauna marina y las colonias de aves sin perturbar su paz. Es una forma de turismo activo que conecta al viajero con el alma del océano.

CÍES Y ONS: GIGANTES CONOCIDOS, SECRETOS POR DESCUBRIR

Incluso las islas más famosas, como las Cíes, guardan secretos que solo el kayak puede desvelar. Mientras la mayoría de visitantes se concentra en la famosa playa de Rodas, el navegante puede poner rumbo a la cara oeste de las islas, la que se enfrenta al océano abierto. Allí el paisaje se vuelve dramático, con acantilados vertiginosos que se desploman sobre un mar de un azul profundo. Remar bajo estas paredes de granito, sintiendo la energía del Atlántico, es experimentar la verdadera escala y la fuerza de la naturaleza que define este rincón de Galicia.

El archipiélago de Ons, por su parte, ofrece una experiencia similar pero con un carácter aún más rústico y salvaje. Sus famosas «furnas», enormes cuevas excavadas por el mar, son un espectáculo que desde un kayak se puede admirar en toda su magnitud. Bordear la isla permite descubrir pequeñas calas como la de Melide, un paraíso nudista, o la recóndita cala de Canexol. El kayak no solo es un medio de transporte, sino una invitación a leer el paisaje de una forma diferente, entendiendo la interacción milenaria entre la roca y el mar.

SÁLVORA Y CORTEGADA: ISLAS DE LEYENDA Y BOSQUES FLOTANTES

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Sálvora, en la boca de la ría de Arousa, es una isla cargada de misterio y leyendas. Remar hacia ella es navegar hacia el pasado, hacia historias de naufragios trágicos y heroínas anónimas. La isla, hoy deshabitada, alberga los restos de una antigua aldea, un pazo, un faro y una curiosa escultura de una sirena. Desembarcar en la playa do Almacén y recorrer sus senderos, tras haber llegado por tus propios medios remando sobre sus aguas, confiere a la visita un aura de auténtica exploración. Es una de las joyas menos conocidas de la Galicia insular.

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Cortegada, la más pequeña y accesible de las cuatro grandes, es completamente diferente. Situada en el fondo de la ría de Arousa, frente a Carril, no es una isla de acantilados, sino un bosque flotante. Alberga el mayor y mejor conservado bosque de laurel de Europa, un ecosistema de aspecto prehistórico que sobrecoge por su densidad y su ambiente umbrío. Llegar en kayak, deslizarse por las aguas tranquilas que la rodean y desembarcar para adentrarse en su frondosidad, es como viajar a otra dimensión, un contraste brutal con el carácter oceánico del resto del archipiélago.

EL ARCHIPIÉLAGO SECRETO: NORO, VIONTA Y MALVEIRAS

Aquí es donde el viaje alcanza su cénit de exclusividad. Junto a los cuatro archipiélagos principales, el Parque Nacional protege una serie de islas e islotes más pequeños que son la definición de paraíso virgen. Cerca de Cíes se encuentra la isla de San Martiño, solo accesible en barco privado, y el pequeño islote de Noro. Este último, un peñón rocoso que emerge desafiante frente a la costa de Cíes, es un importante santuario para la cría del cormorán moñudo y otras aves marinas. Circunnavegarlo en kayak es asomarse a un mundo intacto.

Cerca de Sálvora se encuentran los islotes de Vionta y las Malveiras. Son poco más que afloramientos graníticos cubiertos de vegetación baja, pero su valor ecológico es inmenso. Son zonas de máxima protección donde el desembarco está restringido para no alterar los ciclos de cría de las aves. Remar por sus aguas, observando desde la distancia la frenética actividad de las colonias de gaviotas patiamarillas, es el premio para el navegante respetuoso. Este es el verdadero archipiélago secreto, una experiencia única que ofrece la costa de Galicia.

MANUAL DEL NAVEGANTE ATLÁNTICO: SEGURIDAD Y RESPETO ANTE TODO

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Aventurarse a explorar estas islas en kayak no es un juego. El Atlántico en Galicia es impredecible y exige máximo respeto y preparación. Es imprescindible tener experiencia previa en kayak de mar, consultar al detalle las previsiones meteorológicas y, sobre todo, el estado del mar y las mareas. Nunca se debe salir a navegar en solitario, y siempre se debe informar a alguien en tierra de la ruta prevista y la hora estimada de regreso. El equipo de seguridad, que incluye chaleco salvavidas, bomba de achique y un teléfono móvil en una funda estanca, no es negociable.

El privilegio de acceder a estos santuarios naturales conlleva una enorme responsabilidad. Hay que seguir a rajatabla la normativa del Parque Nacional, que prohíbe el desembarco en muchas de las zonas de cría y exige una autorización previa para fondear o pernoctar en las islas permitidas. La regla de oro es no dejar rastro, llevándose de vuelta absolutamente toda la basura generada, y mantener una distancia prudencial con la fauna para no causarles estrés. Disfrutar de esta Galicia secreta significa, ante todo, convertirse en su guardián.

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