Este es el mensaje de WhatsApp que nunca deberías responder, pues se ha convertido en la llave maestra de un nuevo y sigiloso timo diseñado para vaciar cuentas bancarias en cuestión de segundos. La familiaridad con la que usamos esta aplicación de mensajería a diario nos ha vuelto vulnerables, convirtiendo la confianza en nuestra principal debilidad. Los ciberdelincuentes lo saben y han perfeccionado una técnica que no requiere de virus ni de complejos ataques informáticos. La estafa se esconde a plena vista, camuflada en la aparente inocencia de una conversación con un conocido, esperando a que la víctima cometa un único y fatal error: compartir un simple código numérico.
El verdadero peligro de este fraude reside en su escalofriante efectividad y en la velocidad con la que se ejecuta, dejando a la víctima en un estado de shock y sin apenas tiempo para reaccionar. Lo que comienza como una petición de ayuda aparentemente trivial puede desencadenar una cascada de eventos catastróficos para nuestras finanzas personales. No se trata de un bulo más de los que circulan por la red, sino de una amenaza real y activa que ya ha afectado a miles de usuarios en España, demostrando que la seguridad de nuestro dinero ya no solo depende de la solidez de nuestro banco, sino de la prudencia con la que gestionamos nuestra identidad digital.
1EL ANZUELO PERFECTO: EL MENSAJE QUE PARECE INOFENSIVO
El engaño suele comenzar de una forma extraordinariamente común, lo que lo hace especialmente peligroso. Recibes un mensaje de WhatsApp de un número que tienes guardado en tu agenda, ya sea un amigo, un familiar o un compañero de trabajo. El texto es breve y apela a la urgencia y la confianza: «Hola, perdona la molestia, te he enviado un código de seis dígitos por SMS por error, ¿me lo puedes pasar, por favor? Lo necesito ya». En ese momento, la víctima no sabe que la cuenta de su contacto ya ha sido previamente secuestrada y que está hablando directamente con el estafador. La petición parece tan inofensiva que la reacción natural es ayudar.
Lo que la persona bienintencionada no sabe es que ese código de seis dígitos no es un envío erróneo, sino el código de verificación que WhatsApp envía por SMS para registrar un número de teléfono en un nuevo dispositivo. Al facilitar esa clave, la víctima está entregando el control total de su cuenta al delincuente. De forma inmediata, el estafador activa la cuenta de WhatsApp en su propio teléfono, y la víctima pierde el acceso a la suya. Este es el primer paso, el secuestro de la identidad digital, que abre la puerta a un fraude de consecuencias mucho mayores y que va más allá de la simple aplicación de mensajería.