jueves, 3 julio 2025

La postura de yoga de 5 minutos que equivale a un reinicio para tu sistema nervioso

La ancestral práctica del yoga ofrece un arsenal de herramientas para combatir las dolencias del mundo moderno, pero pocas son tan directas, sencillas y profundamente eficaces como la postura conocida como Viparita Karani. En una sociedad que glorifica el movimiento incesante y la productividad sin pausa, la idea de un «reinicio» para nuestro sobrecargado sistema nervioso suena a lujo inalcanzable. Sin embargo, esta postura, que consiste simplemente en elevar las piernas apoyándolas en una pared, se revela como un oasis de calma accesible a cualquiera, en cualquier momento, y que en solo cinco minutos diarios puede generar beneficios transformadores para cuerpo y mente.

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La belleza de esta asana reside en su pasividad y su universalidad. A diferencia de otras posturas de yoga que exigen fuerza, equilibrio o una flexibilidad considerable, Viparita Karani no pide nada a cambio, solo entrega. Es una invitación a detenerse, a rendirse a la fuerza de la gravedad y a permitir que el cuerpo inicie un proceso de autorregulación de forma natural. Su poder no radica en el esfuerzo, sino en la quietud y en la inversión sutil del flujo sanguíneo, un gesto que desencadena una cascada de respuestas fisiológicas que alivian la tensión, calman la mente y mejoran la circulación sin que tengamos que hacer absolutamente nada.

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EL RESETEO FISIOLÓGICO: QUÉ OCURRE EN TU CUERPO AL PONER LAS PIERNAS EN ALTO

Fuente Pexels

Los cinco minutos que pasas en Viparita Karani desencadenan una profunda respuesta fisiológica. El cambio más significativo ocurre a nivel del sistema nervioso. Al adoptar esta postura pasiva y centrarte en una respiración lenta y profunda, envías una señal clara a tu cerebro para que abandone el modo de alerta. El cuerpo comienza a activar el sistema nervioso parasimpático, el responsable del «descanso y la digestión». Este cambio es la clave del efecto «reinicio», un proceso que reduce la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial y frena la producción de cortisol, la hormona del estrés.

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A nivel físico, los beneficios son igualmente notables. La elevación de las piernas invierte el efecto habitual de la gravedad sobre nuestro sistema circulatorio. Esto facilita el retorno venoso, es decir, ayuda a que la sangre de las piernas y los pies fluya de vuelta hacia el corazón sin esfuerzo, aliviando la sensación de pesadez y la hinchazón. Al mismo tiempo, esta posición favorece el drenaje del sistema linfático, ayudando a eliminar toxinas y a reducir la retención de líquidos. La espalda baja, liberada del peso y la compresión habitual, encuentra un alivio inmediato, soltando tensiones acumuladas a lo largo del día. Esta práctica de yoga es un verdadero bálsamo.

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