viernes, 4 julio 2025

La postura de yoga de 5 minutos que equivale a un reinicio para tu sistema nervioso

La ancestral práctica del yoga ofrece un arsenal de herramientas para combatir las dolencias del mundo moderno, pero pocas son tan directas, sencillas y profundamente eficaces como la postura conocida como Viparita Karani. En una sociedad que glorifica el movimiento incesante y la productividad sin pausa, la idea de un «reinicio» para nuestro sobrecargado sistema nervioso suena a lujo inalcanzable. Sin embargo, esta postura, que consiste simplemente en elevar las piernas apoyándolas en una pared, se revela como un oasis de calma accesible a cualquiera, en cualquier momento, y que en solo cinco minutos diarios puede generar beneficios transformadores para cuerpo y mente.

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La belleza de esta asana reside en su pasividad y su universalidad. A diferencia de otras posturas de yoga que exigen fuerza, equilibrio o una flexibilidad considerable, Viparita Karani no pide nada a cambio, solo entrega. Es una invitación a detenerse, a rendirse a la fuerza de la gravedad y a permitir que el cuerpo inicie un proceso de autorregulación de forma natural. Su poder no radica en el esfuerzo, sino en la quietud y en la inversión sutil del flujo sanguíneo, un gesto que desencadena una cascada de respuestas fisiológicas que alivian la tensión, calman la mente y mejoran la circulación sin que tengamos que hacer absolutamente nada.

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DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: CÓMO INTEGRAR ESTE RITUAL DE YOGA EN TU VIDA

Fuente Pexels

Convertir Viparita Karani en un hábito es la clave para experimentar sus beneficios a largo plazo. No se trata de hacerlo una vez, sino de integrarlo como un pequeño ritual de autocuidado diario. El mejor momento suele ser al final de la jornada laboral, para marcar una transición entre el trabajo y el tiempo personal, o justo antes de dormir. Busca un rincón tranquilo en casa, reduce la intensidad de la luz y, si es posible, deja el móvil en otra habitación. La idea es crear un santuario personal durante esos minutos, un espacio sagrado dedicado exclusivamente a tu bienestar y a la desconexión.

En un mundo que nos empuja a hacer más, más rápido y más fuerte, la propuesta de esta postura de yoga es profundamente revolucionaria. Nos enseña el poder de la pausa, el valor de la receptividad y la inteligencia inherente de nuestro propio cuerpo para sanarse. No es una solución mágica para todos los problemas, pero sí una herramienta increíblemente poderosa y accesible para cualquiera que desee recuperar un estado de equilibrio y serenidad. En última instancia, dedicarse cinco minutos para no hacer nada es un acto radical de amor propio, una forma de reclamar nuestro derecho a la calma en medio del caos.

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