domingo, 6 julio 2025

La app china que está robando datos bancarios: así detectan los expertos si la tienes instalada

La app china se ha convertido en un compañero inseparable de nuestro día a día, facilitando tareas, ofreciendo entretenimiento o simplemente conectándonos con el mundo. Sin embargo, esta omnipresencia digital, que acogemos con los brazos abiertos por su comodidad y funcionalidades, trae consigo un lado oscuro que pocas veces consideramos hasta que un susto nos despierta a la cruda realidad. Informes recientes de expertos en ciberseguridad, como los detallados por ESET España, han puesto el foco en una amenaza sigilosa que podría estar comprometido directamente la información bancaria de miles de usuarios sin que siquiera sospechen que el peligro reside en su propio bolsillo, latente dentro de aplicaciones que usan a diario para cosas tan triviales como retocar una foto o liberar espacio en el teléfono. Esta vulnerabilidad no es teórica; es una puerta abierta a nuestros datos más sensibles, lista para ser explotada por ciberdelincuentes que operan desde la sombra.

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La preocupación en el ámbito de la seguridad digital es real y está fundamentada en hallazgos concretos. No nos enfrentamos a un simple malware que ralentiza el terminal o muestra publicidad invasiva, el tipo de molestia digital a la que, por desgracia, casi nos hemos acostumbrado como un peaje menor por usar tecnología gratuita. La amenaza de la que hablamos ahora es de una naturaleza mucho más insidiosa, camuflada como código aparentemente benigno dentro de aplicaciones con millones de descargas, operando en segundo plano con una discreción casi perfecta, lo que la hace formidablemente difícil de detectar para el usuario común. El objetivo no es la simple molestia o el robo de datos genéricos; el blanco principal son nuestras credenciales bancarias, el acceso directo a nuestro dinero, el núcleo mismo de nuestra seguridad financiera en la era digital.

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EL RASTRO QUE LOS CIBERDELINCUENTES DEJAN ATRÁS: CÓMO ACTÚAN LOS EXPERTOS

Fuente: Freepik

Afortunadamente, el mundo de la ciberseguridad no está indefenso ante este tipo de amenazas silenciosas que se esconden dentro de aplicaciones aparentemente inocuas como una app china de juegos o de productividad. Los expertos cuentan con un arsenal de herramientas y técnicas para identificar la presencia de código malicioso, incluso cuando este está diseñado para evadir la detección. Uno de los métodos fundamentales es el análisis estático del código de la aplicación. Esto implica examinar el código fuente o, más comúnmente, el código compilado (bytecode) de la aplicación sin ejecutarla, buscando ‘firmas’ o patrones de comportamiento sospechosos que delaten una intención maliciosa o la presencia de un SDK con funcionalidades no declaradas y peligrosas. Los analistas buscan llamadas a APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones) del sistema operativo que no cuadran con la supuesta funcionalidad de la app, como la capacidad de acceder a los registros de llamadas, los mensajes SMS, el historial del navegador o los datos de otras aplicaciones instaladas, permisos que una app legítima de, por ejemplo, una linterna o una calculadora, jamás necesitaría.

Complementando el análisis estático, los expertos utilizan el análisis dinámico, que implica ejecutar la aplicación en un entorno controlado y aislado, conocido como sandbox. En este entorno seguro, se monitoriza de cerca el comportamiento de la app en tiempo real. Se observa el tráfico de red que genera, detectando si intenta conectarse a servidores inusuales, localizados en países remotos o con direcciones IP asociadas a actividades maliciosas conocidas, o si intenta enviar grandes cantidades de datos de forma subrepticia. También se registran los permisos que la aplicación intenta utilizar, los archivos a los que accede, y su interacción con otros componentes del sistema operativo o con otras aplicaciones «ficticias» instaladas en la sandbox para simular un entorno real. La creación de ‘firmas’ de comportamiento a partir de este análisis permite identificar rápidamente variantes de la misma amenaza en otras aplicaciones, incluso si el código ha sido ligeramente modificado o ‘ofuscado’ para dificultar su análisis. La combinación de estas técnicas, junto con la inteligencia de amenazas recopilada globalmente, permite a los equipos de respuesta rápida identificar y catalogar las aplicaciones comprometidas, aunque la lucha es constante debido a la velocidad a la que aparecen nuevas variantes.

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