Francia nunca deja de sorprender con sus rincones menos transitados, y el sur del país, más allá de la popularidad de sus playas mediterráneas, guarda verdaderos tesoros en el interior. Entre ellos destaca un enclave que parece sacado de un cuento: una piscina natural escondida entre montañas, un pueblo con encanto rural, un castillo histórico y una cascada que ha fascinado tanto a locales como a viajeros durante décadas. Todo ello a apenas unas horas de la frontera con España.
Este rincón paradisíaco se encuentra en Saint-Laurent-le-Minier, en la región de Occitania. Francia lo protege con esmero, ya que aquí se encuentra la Cascade de la Vis, una caída de agua con forma de media luna casi perfecta, catalogada como Monumento Histórico desde 1972. Rodeado por la naturaleza del macizo central y de las montañas Cévennes, este entorno combina belleza, historia y frescura en un paisaje ideal para escapar del calor del verano.
1Conoce Francia rural en su estado más puro

Francia ofrece en Saint-Laurent-le-Minier un ejemplo perfecto de lo que muchos buscan al alejarse de las grandes ciudades: calma, naturaleza y autenticidad. La piscina natural que forma el río Vis justo antes de la cascada es uno de los secretos mejor guardados del departamento de Gard. Aunque la Cascade de la Vis no es una formación natural sino el resultado de una presa construida en el siglo XVIII para abastecer molinos y al castillo del pueblo, su estética y entorno la convierten en un lugar mágico.
El agua turquesa y la silueta curva de la cascada son visibles desde el mismo centro del pueblo. El espacio ofrece amplias zonas para tumbarse bajo la sombra, nadar con tranquilidad o simplemente contemplar el espectáculo natural que regala Francia en este rincón. Las temperaturas del agua, aunque frescas, son más agradables que las de otras pozas de montaña, lo que la hace especialmente apetecible durante los meses más calurosos.