Eduardo Ventura, un testigo objetivo que trabaja en la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE), presente en el Centro de Emergencias (Cecopi) durante la DANA del 29 de octubre en Valencia, declaró el pasado 19 de junio ante la jueza que instruye la causa por los 227 muertos de ese día. Ventura resumió en una frase la cadena de acontecimientos y errores cometidos aquel fatídico 29 de octubre en Emergencias: «Ese día hubo mucho caos».
El testigo también desveló que el debate sobre el envío de la alerta se demoró durante dos horas. Ventura es técnico facultativo de Emergencias y Protección Civil, corresponde a la categoría 2 de funcionariado y trabaja actualmente en AVSRE después de 20 años destinado en la Sala del 112. El día 29 de octubre entró a trabajar a las 7:30 h. de la mañana y estuvo en el Cecopi hasta las 22:00 horas.
Comenzó explicando que ya «el día anterior, 28, les llego un aviso especial de AEMET poniendo al corriente de todo lo que podía venir y entonces, el servicio hizo una reunión esa misma mañana, con todos los integrantes de su servicio, con los integrantes de la unidad de análisis y gente del centro, para prepararse la situación del día siguiente, se dijo como iba a venir la situación, se habló del estado de los avisos, cree recordar que en ese momento habían avisos amarillo para el litoral y naranja para interior, no lo recuerda bien, y preparar el personal, que estuvieran todos alerta».

Pero el día 29 cuando llegó al trabajo Ventura ya notaba una situación tensa, fichó en su puesto y comenzó a trabajar, según relato a la juez.
El testigo comenzó a explicar que «la situación estaba tensa, porque toda la predicción que había tenido de amarillos y naranja en el interior había cambiado súbitamente, y al llegar ya eran rojos, son cambios que ya te vienen observados, no hay predicción al respecto, AEMET te da el aviso porque han observado que está lloviendo mucho, por lo tanto lo cambia sobre la marcha, y eso supone un pequeño trastorno, retocar todo el documento, generarlo de nuevo, enviarlo de nuevo a los municipios afectados, conlleva una carga de trabajo, se hizo esto un par de veces o 3 desde las 6 y pico hasta las 10 y pico».
«A las 8:00 h se declaró la situación 1 para la comarca de la Ribera Alta. Mi entrada a sala ya fue con ese escenario. Hubo un par de cambios a rojo, y el tema de la situación, hay que notificarlo a todos, pasarlo por el Coordcom, enviarlo a todos los municipios…», continuó explicando.
ALERTA PARA EL MAGRO Y EL POYO
Ventura explicó a la juez que durante la mañana «se decidió desde la sala de Emergencias hacer una situación 0 de alerta hidrológica para el Magro y la situación 0 alerta hidrológica para el Poyo, esto fue antes de las 12:30h, porque en el plan especial hay que hacer seguimientos, y una de estas acciones la hizo él personalmente a instancias de Inmaculada Piles (Jefa de Servicio) que le comentó que hablara con bomberos para hacer el seguimiento para que se personaran los bomberos forestales en los puntos que valoraran que eran más delicados».
El testigo añadió que a las dos de la tarde hizo algo similar con bomberos forestales para el Magro, pero en la zona de Utiel-Requena. De hecho se decretó situación 1 en esa comarca, aunque la respuesta de Bomberos fue que «no se puede acceder al Magro en la zona de Utiel porque esta ya desbordado y hay problemas», dijo.
«EN EL POYO NO SE HIZO NADA», DIJO EL TÉCNICO
Y añadió algo importante, teniendo en cuenta que el 80% de las muertes vinieron por los problemas en el Barranco del Poyo: «En el Poyo no se hizo nada, pero en el Magro se volvió a las 17:00 o 17:30 a hacer otra alerta hidrológica porque se recibió de la CHJ como que iba a haber un desembalse muy importante en Forata, empezaron a haber problemas bastante serios». Ventura explicó que en el Cecopi no tenía televisión.
EL TELÉFONO 112 EN LA DANA
Sobre el teléfono 112 de emergencias Ventura explicó que «a partir de las 17 horas se acumularon muchas llamadas, siempre había carga de trabajo pero llego un momento que la magnitud de la catástrofe superó por completo el musculo operativo de la sala. Tenian 200 ó 300 casos, no recuerda el número pero era una barbaridad».
Luego comenzó el interrogatorio el ministerio fiscal, que se interesó por el Barranco del Poyo. A este respecto, el testigo dijo que «en El Poyo tuvimos información, pero no en el sentido deseado, se decretó también la alerta hidrográfica como los valores que nos dieron sobre las 12.00 horas, porque había subido hasta 300, no recuerda exacto, son valores que requieren interpretación técnica, se activó la alerta, se activaron los forestales para vigilancia, y ya no se tuvo más noticias del Poyo porque los valores eran descendentes, los siguientes correos iban determinando situación a priori favorable. La mala noticia vino con el desbordamiento de Magro a partir de las 14h, pero con el Poyo la última notificación a las 16:00 era prácticamente a cero y a las 18:45 llego la notificación de la crecida a 1600 y pico, entremedias no hubo ninguna más».
A preguntas de la abogada de la ex consejera Salomé Pradas el testigo aportó su punto de vista sobre la reacción por la catástrofe: «A las 18:43 horas ya no había ninguna opción de Protección Civil, y aunque no lo vi, por lo que luego supe, antes de las 19h se dejo la nota de lo que indicaba la CHJ, si a las 18:45 o a las 19,15 se empiezan a hacer acciones para mitigar la catástrofe, te enfrentas a un hecho materializado, ya no se puede hacer nada de protección, no cabe ninguna alerta, a lo mejor si se hubiese enviado el es-alert media hora antes, a lo mejor se hubiera podido hacer algo».
Ventura consideró que cuando fueron conscientes del aviso de la CHJ «ya no tenían margen de maniobra. Además de 17 a 19 h estaban saturados por todas partes, y esto mismo le estaría pasando a la UME, Confederación y a todo el mundo, porque eran centenares de personas afectadas por toda la provincia, porque la capacidad operativa de las personas se sobrepasaba».