El Congreso del PP del pasado fin de semana ha dejado tres grandes conclusiones extraoficiales, pero a la larga más claras y contundentes, que las vendidas desde la propia formación política a los medios de comunicación. Esas líneas no están tan ocultas como muchos analistas políticos pretenden señalar.
Y no son otras que: Control extremo de toda política popular por parte del ‘Clan gallego’, guiños constantes a Junts, veremos como se encaja la amnistía en todo esto y en que quedará la supuesta defensa del orden constitucional anterior realizada por los populares y la línea roja inexorable de pactar con Bildu, con el terrorismo como una máxima con la que no negociar.
Todo ello, con un barniz de centralidad y moderación que el líder indiscutible, por el momento, Díaz Ayuso y Juanma Moreno tienen mucho que decir, Alberto Núñez Feijóo, que para calmar los ánimos de madrileños y andaluces, plazas del partido, va a pasar al ataque con dos figura de su máxima confianza. La primera de ellas es Miguel Tellado, secretario general del Partido Popular, y Esther Muñoz, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados.
CENTRALIDAD COMO EJE PRIMORDIAL
El citado Congreso fue una jornada marcada por la firmeza discursiva y el optimismo estratégico. Allí, un hombre fuerte del ‘Clan Gallego’, el presidente de la Xunta de Galicia y líder del PPdeG, Alfonso Rueda, emergió como una de las voces más contundentes dentro del Partido Popular. Desde la sede de la formación gallega, Rueda ha reiterado con vehemencia la «única línea roja» de Alberto Núñez Feijóo en su camino hacia La Moncloa es EH Bildu. Un posicionamiento que, según el presidente gallego, no solo es innegociable para el PP, sino que en su momento lo fue también para el PSOE, antes de lo que Rueda describe como un cambio de postura «en tantas otras cosas».
El mensaje central de la comparecencia de Rueda giró en torno a la ambición del PP de «gobernar en solitario» y desde la «centralidad». Para ello, el líder gallego ha desgranado la estrategia de su partido, que pasa por la búsqueda de un «respaldo suficiente», cuantificado en la ambiciosa cifra de «10 millones de votos». Este volumen de apoyo, según Rueda, permitiría al PP representar «a cuantas más personas mejor» y consolidar un «gobierno sólido» capaz de afrontar los desafíos de España sin ataduras.

Algo que en teoría dejaría a Vox fuera de un hipotético Gobierno popular que busca desesperadamente una mayoría desde la derecha hacia al centro. Dejando a Vox junto a Junts como fuerzas para lograr acuerdos puntuales. Tellado confirma este extremo también, una situación que deja ver la piña que es el ‘Clan gallego’ dentro de la formación política y sus decisiones.
«Lo que se dijo ayer, lo que yo escuché y por lo que vamos a trabajar», ha enfatizado Rueda, haciendo referencia al reciente cónclave del PP en Madrid, donde Feijóo delineó las bases de su proyecto. La insistencia en la centralidad y la búsqueda de un amplio respaldo electoral dibujan un escenario en el que el PP aspira a capitalizar el descontento y aglutinar a un electorado heterogéneo, desmarcándose de la necesidad de pactos que puedan condicionar su hoja de ruta.
Preguntado sobre un posible «excesivo clima de euforia» en las filas populares tras el congreso, Rueda ha rebatido categóricamente la apreciación, defendiendo la existencia de un «clima de responsabilidad». Para el presidente gallego, el partido está inmerso en una fase de «preparación» para lo que considera inevitable: un «cambio de Gobierno en España» liderado por Feijóo.
En un claro contraste con la situación interna de sus adversarios políticos, Rueda ha deslizado una punzante crítica al PSOE, cuyo Comité Federal, a su juicio, presentaba un «clima de funeral político» en contraposición a la «unidad» y «claridad» que, según él, reinan en el PP. Esta dialéctica busca fortalecer la imagen de un Partido Popular cohesionado y listo para el asalto al poder, frente a un PSOE en horas bajas y sumido en la incertidumbre.
El presidente gallego también ha tenido palabras de agradecimiento y cariño para los presidentes autonómicos del PP que asistieron al congreso, destacando el «cariño» recibido por todos ellos y, en particular, por los asistentes del PPdeG.

LA FUERZA DEL PPG DENTRO DE LA FORMACIÓN NACIONAL
Uno de los momentos más comentados del congreso fue la interpretación de la ‘Rianxeira’ por parte de la delegación gallega, un hecho que Alfonso Rueda ha reivindicado como un símbolo de la «fuerza especial» del PPdeG. Visiblemente orgulloso del papel de los populares gallegos en la nueva Ejecutiva de Feijóo, Rueda ha minimizado la importancia de las «cuotas», argumentando que la figura del propio Núñez Feijóo, al ser militante del PPdeG, ya confiere una relevancia intrínseca a la representación gallega.
«Cuánto más suene la Rianxeira, mejor le irá al PP de Galicia, de España y también probablemente a España», ha proclamado Rueda, elevando el himno popular a la categoría de estandarte político. Esta declaración subraya la conexión entre el éxito del PPdeG y el futuro del partido a nivel nacional, proyectando la influencia gallega como un motor para el conjunto de España.
Finalmente, Rueda ha elogiado la elección de Elena Candia y Romay Beccaría como vocales del Comité Ejecutivo, calificándolas de «magníficas elecciones» y destacando que dos de los cinco vocales sean militantes del PPdeG. En particular, sobre Romay Beccaría, ha valorado su continuidad y capacidad de «aportar» al proyecto de Feijóo, mostrando la satisfacción por la incorporación de figuras de peso y experiencia en la dirección nacional del partido. Veremos la reacción de Ayuso y los populares andaluces, que de momento, aceptan este paso a un lado en la estrategia de caza al Gobierno de Sánchez.