El misterio siempre ha rondado ciertos rincones de la capital española, especialmente cuando se trata de zonas históricas que han sido testigos de siglos de acontecimientos. Madrid esconde en pleno centro histórico un peculiar enclave que algunos han bautizado como el ‘Triángulo de las Bermudas madrileño’, un espacio geométrico invisible que conecta la Plaza Mayor, la Puerta del Sol y la Plaza de la Villa, formando un triángulo perfecto donde han sucedido algunos de los hechos más inquietantes y menos explicables de la historia de la ciudad.
Lo que para la mayoría de turistas y visitantes constituye simplemente una zona monumental de obligada visita, para los conocedores de la historia oculta de la capital representa un enclave de energías inexplicables y sucesos paranormales. Las calles empedradas que conforman este triángulo han sido escenario de ejecuciones públicas, conspiraciones palaciegas y leyendas que se han transmitido durante generaciones, configurando un mapa del terror urbano que permanece invisible a los ojos de quienes pasean diariamente por estas zonas sin conocer el macabro pasado que esconden bajo sus adoquines centenarios.
3LOS FANTASMAS ILUSTRES QUE DEAMBULAN POR EL TRIÁNGULO MADRILEÑO

La riqueza histórica de Madrid ha dejado un nutrido elenco de presencias espectrales que, según la tradición oral, continúan vagando por las calles que conforman este triángulo esotérico. Desde el espectro de Luis Candelas, el famoso bandolero madrileño que actuaba en esta zona, hasta las múltiples víctimas de los autos de fe, el catálogo de apariciones documentadas a lo largo de los siglos conforma uno de los compendios de fenómenos paranormales urbanos más extensos de toda Europa, aunque sistemáticamente ignorado por las guías turísticas oficiales y los recorridos convencionales.
Particularmente notoria es la leyenda de la Dama Gris, una aristócrata del siglo XVIII que fue quemada por brujería en la Plaza Mayor y cuya figura etérea ha sido avistada en numerosas ocasiones atravesando la plaza en dirección a la Calle Mayor durante las noches de luna llena. Los relatos sobre sus apariciones se han transmitido de generación en generación entre los comerciantes de la zona, quienes aseguran que su presencia siempre viene acompañada de un intenso olor a flores marchitas y un descenso brusco de la temperatura ambiental, fenómenos que han sido experimentados también por algunos turistas que desconocían por completo la leyenda.