El ordenador es, para muchos, el centro de nuestra vida digital, una herramienta indispensable tanto para el trabajo como para el ocio, pero ¿qué ocurre cuando su agilidad inicial se desvanece y se convierte en una máquina exasperantemente lenta? La frustración de ver cómo los clics se demoran, las aplicaciones tardan una eternidad en abrirse o, peor aún, el sistema se congela sin previo aviso es una experiencia común que afecta a millones de usuarios. Nos resignamos a pensar que es el ciclo natural de la tecnología, que con el tiempo todo envejece, pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, la ralentización tiene causas concretas y, lo más importante, soluciones al alcance de cualquiera.
Existe un «truco» o, mejor dicho, una optimización, que los profesionales de la informática conocen bien y aplican rutinariamente, pero que sorprendentemente sigue siendo un secreto para una gran parte del público general. No implica comprar hardware nuevo ni realizar instalaciones complejas, simplemente requiere un poco de conocimiento sobre cómo funciona nuestro sistema operativo y dónde buscar para hacer los ajustes necesarios. Es una acción sencilla, avalada por los técnicos más importantes del mundo por su eficacia demostrada, que puede devolverle a tu máquina esa chispa perdida y mejorar significativamente tu experiencia de uso diario sin grandes complicaciones.
4PONER EL SECRETO EN PRÁCTICA: PASOS ACCESIBLES

Acceder a la configuración de los programas de inicio es relativamente sencillo en la mayoría de los sistemas operativos modernos. En Windows, por ejemplo, se suele encontrar en el Administrador de Tareas, dentro de una pestaña específica dedicada a los programas de inicio. Esta sección muestra una lista de las aplicaciones que arrancan con el sistema, junto con el impacto que tienen en el tiempo de inicio del ordenador, una información crucial para tomar decisiones informadas. Simplemente con un par de clics, podemos cambiar el estado de una aplicación de «Habilitado» a «Deshabilitado».
En otros sistemas, como macOS, la opción se localiza generalmente dentro de las Preferencias del Sistema o Ajustes del Sistema, en apartados relacionados con Usuarios y Grupos o General, dependiendo de la versión. El principio es el mismo: encontrar la lista de ítems de inicio de sesión y desactivar aquellos que no son estrictamente necesarios. Es fundamental proceder con cautela y, ante la duda sobre la función de un programa desconocido, es mejor investigar un poco antes de desactivarlo para evitar posibles inconvenientes con el correcto funcionamiento del ordenador. La meta es optimizar, no desestabilizar.