jueves, 10 julio 2025

El Jemad dice que España se coloca como «actor clave» para la defensa de Europa

El Almirante General Teodoro Esteban López Calderón, Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), ofreció una visión contundente en su intervención en el Foro Nueva Defensa, delineando los desafíos fundamentales que España debe afrontar para «mantener la paz, la libertad y el resto de los valores de nuestra sociedad democrática».

Publicidad

Su ponencia abordó el complejo entorno operativo futuro, su impacto en la seguridad y defensa, la evolución necesaria de las Fuerzas Armadas y los desafíos que van más allá de los recursos puramente militares. Señalando que España se coloca como «actor clave» para la defensa de Europa.

El Jemad enfatizó que el orden internacional en los próximos cinco a diez años dependerá, principalmente, de «el desenlace final de la guerra en Ucrania y la interrelación que se cree entre los Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y China. Señaló que la administración estadounidense busca una «ventaja económica y tecnológica», lo que posiciona la economía como eje central de sus relaciones internacionales, con un enfoque en la región del Indo-Pacífico. Esto, a su vez, «deja gran parte del esfuerzo de la disuasión convencional de Rusia en manos de los aliados europeos».

Sobre Ucrania, López Calderón explicó que las negociaciones no han prosperado y «todo parece indicar que la situación actual se va a mantener por lo menos unos meses más», siempre que se mantenga el apoyo occidental y la presión económica sobre Rusia.

La situación en Oriente Próximo también genera gran preocupación. Aunque los ataques a Irán buscaban «eliminar su capacidad de producción de armas nucleares», el Jemad admitió que «no se conocen los efectos reales que han tenido». Advirtió que «no se puede descartar a día de hoy que Irán continúe con su empeño de convertirse en una potencia nuclear», lo que, sumado al problema palestino sin resolver, sugiere que «Oriente Próximo seguirá siendo un área de inestabilidad con repercusiones globales».

En cuanto a la Unión Europea, el Almirante General destacó que está «evaluando internamente sus opciones y a buscar soluciones», enfrentando el reto de «la superación de las discrepancias internas y cómo asumir el esfuerzo necesario para preservar su propia seguridad y defensa». Ucrania, por su parte, «parece inclinada a hacer ciertas cesiones territoriales y de recursos a cambio de involucrar de alguna manera a los Estados Unidos en su seguridad futura».

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) (Fuente: Agencias)
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) (Fuente: Agencias)

La economía rusa, aunque «seriamente dañada» por la guerra y las sanciones, «se mantiene a flote por la exportación también de recursos naturales». Rusia, según el Jemad, podría considerar «la posibilidad de admitir el ingreso de Ucrania en la Unión Europea» como una cesión, aunque consciente de su potencial desestabilización para la UE.

Publicidad

Finalmente, sobre China, López Calderón afirmó que ha mostrado «un respaldo sostenido a Rusia», apoyando sus esfuerzos diplomáticos y ofreciéndose como «mediador neutral», si bien «nunca ha condenado a Rusia por sus acciones bélicas y está apoyándola con material de doble uso, material que resulta fundamental para la industria militar rusa». Regionalmente, China «sigue aumentando su fidelidad militar y su asertividad en las áreas con una gran presión no solamente sobre Taiwán, sino también sobre países de la zona como Filipinas y Vietnam».

TRES ESCENARIOS POSIBLES Y SUS CONSECUENCIAS

Basándose en este análisis, el Jemad delineó tres escenarios probables para los próximos 5 a 10 años: Continuidad de la situación actual. Un «cierre en falso del conflicto de Ucrania que no garantizara la paz, una paz pluralizada», sumado a la persistencia de la inestabilidad en Oriente Próximo, «alimentada por el interés de numerosos actores en ocupar una posición relevante y de influencia en la región».

Por otro lado, la división en dos grandes bloques. Con un mundo polarizado en torno a China y Estados Unidos, rememorando «los tiempos de la Guerra Fría». En este caso, «la Unión Europea estaría alienada y, en cierto modo, subordinada a los Estados Unidos y Rusia sería una potencia subsidiaria de China». Los indicadores de este escenario incluyen «la asociación de Rusia con China mediante nuevos acuerdos y alianzas» y la «renovación, por otro lado, de la alianza transatlántica basada en lazos culturales identitarios».

Además, destacó el predominio de tres grandes potencias: Estados Unidos, China y Rusia, cada una con su esfera independiente de influencia. Este escenario «tendría que darse una victoria clara de Rusia sobre Ucrania», lo que llevaría a Rusia a «buscar estrechar lazos con sus socios estratégicos, principalmente Corea del Norte e Irán» para rearmarse y recuperarse.

Exterior del submarino S-81, a 12 de febrero de 2025, en Cartagena, Murcia (España). El Isaac Peral (S-81) es un submarino de ataque SSK-AIP de la clase S-80 (Fuente: Agencias)
Exterior del submarino S-81, a 12 de febrero de 2025, en Cartagena, Murcia (España). El Isaac Peral (S-81) es un submarino de ataque SSK-AIP de la clase S-80 (Fuente: Agencias)

El Almirante General advirtió que en cualquiera de estos escenarios, «las grandes organizaciones o los grandes organismos como son la Alianza Atlántica y la Unión Europea perderían parte de su relevancia. Y eso, evidentemente, nos interesa evitar a todas costas».

Para afrontar estos desafíos, el Jemad propuso acciones esenciales: «Fortalecer el vínculo transatlántico», a lo que hay que sumar «aumentar la cohesión interna en la Unión Europea». Alcanzar los niveles de inversión en defensa que permitan lograr una disuasión efectiva de nuestra amenaza», completando todo con el «aumentar la consciencia y el compromiso ciudadano con su propia seguridad.

López Calderón subrayó que «estamos inmersos actualmente en un nuevo entorno de competición internacional intensa y generalizada». Nos movemos de las «guerras de la era postindustrial a lo que actualmente podría llamarse guerras de la era de la información».

Este entorno está impulsado por la tecnología como «principal motor de cambio», la aparición de «nuevos y diferentes actores» y la «extensión del campo de batalla» a dominios como «el espacio cibernético, el ultraterrestre y el cognitivo. Todo ello nos lleva a afrontar «un conflicto casi permanente, en una zona gris que se hará salpicada de confrontaciones indirectas y conflictos directos».

Esto exige un «punto de vista integral basado en el concepto de acción multidominio», integrando no solo las capacidades militares, sino «también de todos los instrumentos de poder del Estado», priorizando la preparación de la sociedad para su resiliencia. El combate, según el Jemad, está pasando de «combate en red a combate basado en el dato».

Prueba Nemus en Leopard (Fuente: Indra)
Prueba Nemus en Leopard (Fuente: Indra)

TRANSFORMACIÓN NECESARIA EN NUESTRAS FUERZAS ARMADAS

Las Fuerzas Armadas deben «responder eficaz y eficientemente a cualquiera de los escenarios futuros», siempre en cooperación con los aliados, pero «sin perder de vista nuestras necesidades de defensa autónoma».

El despliegue operativo actual se orienta a las misiones de la OTAN para disuadir a Rusia, lo que requerirá «un significativo aumento de nuestro esfuerzo militar». España ya ha «incrementado su contribución militar al nivel que nos corresponde», particularmente en el flanco este y en los entornos marítimos del Mediterráneo y el Báltico.

Para lograr la superioridad en el enfrentamiento, es fundamental «Tener apropiadamente alistadas y con un sostenimiento óptimo las capacidades militares que poseemos actualmente.» Ser capaces de «regenerar capacidades que se encuentran próximas a finales de su vida útil y potenciar las que nos permitan alcanzar la superioridad en la información» y por su puesto «utilizar las nuevas tecnologías emergentes y disruptivas, será fundamental con la finalidad de conseguir esa superioridad en el enfrentamiento.»

Todo esto debe cimentarse en la «acción multidominio», buscando «la integración de los medios, sensores y armas de las fuerzas terrestres, navales, aéreas y de las capacidades para operar en los espacios subterráneos, hipermético y el de las percepciones o cognitivo».

Además de la modularidad y la superioridad tecnológica, las Fuerzas Armadas «requieren cantidad, requieren nombre. Y sobre todo, adecuados stocks de armamento, munición y repuestos, que aseguren un esfuerzo sostenido de combate convencional de alta intensidad, tal y como nos han hecho pacientes los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo».

El Jemad hizo especial hincapié en el personal, «que hoy por hoy es claramente insuficiente para hacer frente a esos conflictos». El aumento de cometidos y las exigencias de los nuevos sistemas de armas requieren «una cantidad de personal militar y civil superior al actual». Este personal, además, debe recibir «una formación cada vez más especializada y retenerlo el tiempo suficiente para mantener el conocimiento y la experiencia».

En resumen, «necesitamos ser competitivos en el mercado laboral y reclutar el personal que necesitamos, dándoles una formación excelente, que sea valorada también en el mundo civil, así como salarlos acuerdos a ese nivel de formación que se les va a exigir y a los requerimientos de la vida militar».

El Almirante General López Calderón concluyó enfatizando que «el cambio de paradigma de seguridad global nos obliga a evolucionar de acuerdo con la situación y al ritmo que ésta demanda». Y esta evolución, afirmó, «no es únicamente algo que afecta a las Fuerzas Armadas, sino que tiene que venir de la mano de una verdadera conciencia de defensa de toda la sociedad».

Publicidad
Publicidad