Castilla y León, con su vasta riqueza paisajística y patrimonial, guarda rincones que parecen sacados de un cuadro. Uno de ellos se encuentra en la parte suroccidental de la provincia de Ávila, donde, entre pinares, alcornoques y castaños del Valle del Tiétar, florece un pequeño pueblo lleno de encanto llamado Piedralaves. Esta villa, descrita por Camilo José Cela como “linda y minúscula como una flor”, ha cautivado a escritores, cineastas y viajeros gracias a su singular belleza y su ambiente sereno.
No es casualidad que otros grandes como Pío Baroja y Juan Ramón Jiménez también se hayan rendido ante el embrujo de este rincón de Castilla y León. Su arquitectura tradicional, su entorno natural intacto y su aire de autenticidad han servido incluso como escenario para películas tan emblemáticas como ‘El Lazarillo de Tormes’ o ‘El ruiseñor de las cumbres’. Hoy, Piedralaves se reivindica como una escapada perfecta, especialmente en verano, cuando sus pozas naturales ofrecen el alivio más puro frente al calor.
3Rutas entre naturaleza y fauna

Castilla y León también ofrece desde Piedralaves un contacto directo con la naturaleza gracias a rutas senderistas como la del Corral de los Lobos. Este recorrido de nueve kilómetros, de dificultad baja, atraviesa parajes como Los Herreros, Las Pinosillas y Navarrondilla, donde se pueden observar corzos, ciervos, jabalíes y aves como el milano real o el águila calzada. Es una manera única de conocer el entorno natural que rodea este pequeño paraíso abulense.
Y si lo que se busca es una actividad diferente, la presa del Horcajo es otra joya del entorno. Ubicada donde confluyen varias gargantas, es un lugar perfecto para la pesca o simplemente para desconectar. Castilla y León demuestra aquí, una vez más, su capacidad para ofrecer al visitante experiencias completas entre pozas, historia, rutas y silencio. Todo eso, condensado en un pueblo tan lindo y minúsculo como una flor.