Rafa Castaño vuelve a la televisión dos años después de haber hecho historia en ‘Pasapalabra’, llevándose el mayor bote del programa con 2.272.000 euros. Su victoria, tras enfrentarse al también célebre Orestes Barbero y completar con precisión todas las letras de ‘El Rosco’, lo catapultó a la fama. Sin embargo, lejos de lanzarse a una vida de lujo o fama mediática, Rafa optó por alejarse de los focos, refugiarse en su entorno personal y, sobre todo, en su formación académica.
A sus 35 años, Rafa Castaño demuestra que la inteligencia no solo se mide en segundos de televisión, sino en las decisiones que se toman fuera de cámara. Tras rendir cuentas con Hacienda que se llevó más del 45% del premio entre impuestos estatales y autonómicos, decidió invertir su dinero con cabeza, tomarse un año sabático y explorar nuevos horizontes profesionales. Ahora, Telecinco ha logrado convencerlo para regresar, esta vez como concursante estrella de ‘Agárrate al sillón’, una nueva apuesta para competir en las tardes televisivas.
1Rafa Castaño y su visión responsable del dinero

Rafa Castaño no se dejó llevar por el impulso de gastar a lo grande tras ganar el bote. Después de las correspondientes retenciones fiscales, se quedó con poco más de 1,2 millones de euros, una cantidad que supo administrar con prudencia. No compró propiedades, ni coches de lujo. En sus propias palabras, “en Madrid no da con un bote para una casa, pero me he podido permitir un alquiler más alto y eso es una suerte”. Su enfoque ha sido vivir bien, sin excesos y con un profundo sentido de la responsabilidad.
El sevillano también ha sido muy claro respecto a su contribución fiscal: “Yo sabía que mi premio no era el oficial, sino el neto. Y además, yo sin los servicios públicos no estaría aquí”. Para Rafa Castaño, contribuir con impuestos no es una carga, sino un acto de justicia. Su discurso contrasta con la actitud de muchos ganadores de concursos, y refuerza su imagen como alguien comprometido con una sociedad más equitativa y solidaria.