El metabolismo puede empezar a funcionar diferente a partir de los 40 años; el peso se gana con más facilidad, cuesta más perderlo y los niveles de energía parecen disminuir sin explicación aparente. El cuerpo deja de responder igual y comienza a ralentizarse de forma natural con la edad, lo que afecta directamente al funcionamiento del organismo, la quema de calorías y la manera en la que el cuerpo utiliza los nutrientes. Pero, aunque el cambio es real, también es reversible en buena parte.
Lo interesante es que activar el metabolismo no siempre requiere cambios drásticos ni entrenamientos extremos. Según distintos estudios y recomendaciones de expertos en salud y nutrición, existe un hábito sencillo, al alcance de todos, que puede marcar una gran diferencia: mantener una rutina diaria de fuerza muscular moderada. A continuación te explicamos cómo funciona este proceso y por qué puede convertirse en tu mejor aliado tras cumplir los 40.
2El papel clave de un desayuno rico en proteínas
El metabolismo también responde a los ritmos y hábitos diarios, y uno de los más determinantes es el desayuno. Tras horas de ayuno nocturno, muchas personas optan por comenzar el día con café solo o bollería, lo cual no solo eleva el azúcar momentáneamente, sino que no aporta los nutrientes necesarios para despertar el cuerpo. Un desayuno rico en proteínas, como huevos, yogur griego, frutos secos o avena con semillas, ayuda a activar el metabolismo desde primera hora.
Los estudios señalan que consumir proteínas en la mañana aumenta la termogénesis, es decir, el gasto de energía que hace el cuerpo para digerir los alimentos. Además, mejora la saciedad y evita los picos de hambre más tarde. El metabolismo responde positivamente a esta rutina alimenticia porque se le brinda el “combustible” adecuado para arrancar el día. Por eso, adoptar este hábito sencillo puede generar cambios notables con el tiempo.
