sábado, 12 julio 2025

La playa secreta de Cantabria que solo aparece con la marea baja

Cantabria esconde en su accidentada costa uno de sus secretos mejor guardados: una playa que parece surgir y desaparecer al compás del mar. Situada entre altos acantilados moldeados por millones de años de erosión, esta joya natural cautiva por su singularidad y belleza salvaje. Cuando la marea baja, el paisaje revela un rincón de arena dorada que ha sido testigo del incesante trabajo del oleaje y el viento. Su apariencia efímera la convierte en un destino casi mágico, reservado para quienes saben exactamente cuándo y cómo encontrarla.

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La playa El Madero, ubicada en el corazón de la Costa Quebrada, dentro del municipio de Piélagos, es uno de esos lugares que Cantabria guarda con celo. Alejada de las multitudes y sin apenas señalización, este arenal solo se deja ver cuando la marea baja lo suficiente como para permitir el acceso. Su espectacular entorno, dominado por formaciones rocosas y vistas impresionantes desde el promontorio de Pedruquíos, hace de esta playa un verdadero santuario para los amantes de la naturaleza y el silencio.

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El esfuerzo para llegar tiene su recompensa

Fuente: Pexels

Cantabria no se lo pone fácil al visitante que quiere conocer esta playa. El acceso a pie desde el aparcamiento más cercano no es largo, pero sí es bastante exigente, ya que hay que bordear un acantilado por una pista de tierra con fuerte desnivel. Quizá por eso El Madero ha pasado más desapercibida que otras playas de la zona, a pesar de su incomparable belleza.

Sin embargo, quienes se atreven a pasar por este camino encuentran un edén prácticamente virgen. No hay chiringuitos, ni sombrillas, ni grandes aglomeraciones. Solo el sonido del mar, el viento en las rocas y una playa que parece estar allí solo para ellos. Para muchos, es el refugio perfecto para desconectar, contemplar el horizonte y sentirse parte de la naturaleza cántabra en estado puro.

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