Las Patatas a la riojana son uno de esos platos de cuchara que te reconcilian con el mundo, un clásico de nuestra gastronomía que, aunque humilde en sus ingredientes, resulta grandioso en sabor y reconfortante como pocos. La combinación de patata, chorizo y pimentón es un trío ganador que evoca el calor del hogar y las recetas de siempre, aquellas que nuestras abuelas bordaban sin necesidad de estrellas Michelin. Sin embargo, incluso en los platos más tradicionales, siempre hay espacio para un pequeño ajuste, un detalle que eleva el resultado a cotas inesperadas, transformando una buena versión en una sencillamente espectacular.
Se trata de un giro mínimo en el proceso, casi un secreto a voces para algunos cocineros avezados, pero que marca una diferencia abismal en la profundidad y la complejidad del sabor final. No requiere ingredientes extraños ni técnicas de vanguardia, solo un simple cambio en el orden de los factores que, créanme, altera significativamente el producto, potenciando ese toque tan característico que el chorizo aporta a la mezcla y logrando que cada cucharada sea una explosión de autenticidad y gusto.
2LA ALQUIMIA DE LA GRASA INFUSIONADA

Una vez que el chorizo ha sido retirado, lo que queda en la cazuela es un aceite dorado o rojizo, dependiendo de la calidad y cantidad de pimentón del embutido, que es pura esencia concentrada. Este líquido, lejos de ser un simple residuo, se convierte en el fundamento sobre el que construir el resto de la receta de Patatas a la riojana. Es en esta grasa infusionada donde se sofríen a continuación las verduras, como la cebolla y el pimiento, que absorben ávidamente todo ese sabor a chorizo desde el primer momento, garantizando que cada componente del sofrito esté impregnado de esa nota cárnica y especiada tan deseada.
Este método asegura que el sabor del chorizo no solo esté presente en las rodajas que acompañan las patatas, sino que se integre de manera uniforme y profunda en toda la salsa. La cebolla y el pimiento, al cocinarse en este medio graso y perfumado, desarrollan un sabor mucho más complejo y redondo. Es una forma inteligente de maximizar el potencial del chorizo, aprovechando al máximo cada gota de su grasa y cada partícula de su pimentón para construir una base de sabor inigualable para nuestras Patatas a la riojana.