Patatas a la riojana con un giro: el sencillo gesto que multiplica por diez el sabor del chorizo

Las Patatas a la riojana son uno de esos platos de cuchara que te reconcilian con el mundo, un clásico de nuestra gastronomía que, aunque humilde en sus ingredientes, resulta grandioso en sabor y reconfortante como pocos. La combinación de patata, chorizo y pimentón es un trío ganador que evoca el calor del hogar y las recetas de siempre, aquellas que nuestras abuelas bordaban sin necesidad de estrellas Michelin. Sin embargo, incluso en los platos más tradicionales, siempre hay espacio para un pequeño ajuste, un detalle que eleva el resultado a cotas inesperadas, transformando una buena versión en una sencillamente espectacular.

Se trata de un giro mínimo en el proceso, casi un secreto a voces para algunos cocineros avezados, pero que marca una diferencia abismal en la profundidad y la complejidad del sabor final. No requiere ingredientes extraños ni técnicas de vanguardia, solo un simple cambio en el orden de los factores que, créanme, altera significativamente el producto, potenciando ese toque tan característico que el chorizo aporta a la mezcla y logrando que cada cucharada sea una explosión de autenticidad y gusto.

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LA COCEDURA LENTA: EL MATRIMONIO DE LOS INGREDIENTES

Fuente: Freepik

Una vez que las patatas han sido rehogadas con el sofrito, se cubre todo con agua o caldo, justo hasta cubrir las patatas, aunque algunos prefieren añadir un poco más para que queden más caldosas. Es crucial usar agua de calidad o un buen caldo casero, ya que este líquido se convertirá en la salsa final de las Patatas a la riojana. Se lleva a ebullición y luego se reduce el fuego para mantener un chup chup suave y constante, permitiendo que las patatas se cocinen lentamente y absorban todos los sabores del sofrito y el chorizo.

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Durante esta cocción, que puede durar entre 20 y 30 minutos dependiendo del tipo de patata y del tamaño de los trozos, es importante remover de vez en cuando con suavidad para evitar que las patatas se peguen al fondo y para ayudar a que suelten ese almidón que espesará la salsa. La reincorporación de las rodajas de chorizo retiradas al principio se hace en los últimos minutos de cocción, justo el tiempo necesario para que se calienten y vuelvan a integrarse en el guiso sin sobrecocinarse, manteniendo su textura pero ya habiendo cumplido su función previa de saborizar la base de las Patatas a la riojana.

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