Los pensamientos repetitivos son una de las formas más comunes de malestar psicológico. Pueden aparecer como dudas constantes, autocrítica, anticipación de problemas o recuerdos que vuelven una y otra vez sin darnos tregua. Aunque a veces se relacionan con situaciones reales, su persistencia llega a afectar la concentración, el sueño y el estado de ánimo. Se trata de un bucle mental que, si no se atiende, puede escalar a niveles de ansiedad o incluso depresión.
En los últimos años, la psicología ha profundizado en técnicas que buscan romper este ciclo sin recurrir de inmediato a medicación. Una de ellas es la llamada “técnica de distanciamiento cognitivo”, utilizada en terapias de tercera generación como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Esta herramienta, basada en la observación y no en la lucha contra los pensamientos repetitivos, se está convirtiendo en una aliada eficaz para muchas personas que desean recuperar su paz mental.
3El poder de volver al presente

Una forma complementaria de desactivar los pensamientos repetitivos es reforzar la conexión con el momento presente. El bucle mental tiende a proyectarse en el futuro o a revisar el pasado, por lo que el presente suele quedar completamente fuera de foco. Técnicas como la respiración consciente, el escaneo corporal o prestar atención plena a una tarea cotidiana, como caminar, cocinar o ducharse, ayudan a devolver el control de la atención.
Romper el ciclo de los pensamientos repetitivos no es cuestión de eliminarlos por completo, sino de dejar de alimentarlos. Volver al presente permite ver que, en la mayoría de los casos, no hay un peligro real ocurriendo en ese instante. Con práctica diaria y paciencia, muchas personas logran transformar su relación con sus pensamientos y recuperar la calma. Porque el silencio interior, aunque parezca inalcanzable, también se puede entrenar.