Las gambas rebozadas son uno de esos clásicos que nunca pasan de moda. Crujientes por fuera, jugosas por dentro y con ese sabor marino tan reconocible, funcionan igual de bien como aperitivo, entrante o parte de una comida informal. Aunque muchos piensan que se trata de una receta sencilla, lo cierto es que lograr un rebozado perfecto, dorado y con textura ligera, tiene sus trucos. Y una vez se dominan, el resultado puede rivalizar con el de cualquier restaurante especializado.
Lo importante de unas buenas gambas rebozadas no solo está en la calidad del producto, sino también en el tratamiento de cada paso; desde la elección del rebozado, hasta la temperatura del aceite. Esta receta no requiere ingredientes difíciles de conseguir, pero sí un poco de atención al detalle. A continuación, te explicamos todo lo necesario para conseguir unas gambas rebozadas súper crujientes y llenas de sabor, tal como las hacen los expertos.
1Ingredientes para unas gambas rebozadas sencillas pero deliciosas

Para preparar unas gambas rebozadas crujientes y sabrosas, hay que empezar con una materia prima de calidad. Lo ideal es contar con gambas frescas, aunque también pueden usarse congeladas si se descongelan adecuadamente. Se recomienda pelarlas dejando solo la parte final de la cola para facilitar su manejo. Aparte de las gambas, los ingredientes principales del rebozado serán harina de trigo, huevo, pan rallado, sal, pimienta negra y una pizca de ajo en polvo.
Además, si se quiere dar un toque más sabroso al rebozado, puede añadirse a la mezcla seca un poco de pimentón dulce o una pizca de curry suave. También conviene tener a mano un buen aceite de oliva suave o aceite de girasol para freír, y papel absorbente para escurrir el exceso de grasa. Las gambas rebozadas no requieren una lista interminable de ingredientes, pero sí es fundamental que todo esté bien preparado y a temperatura adecuada para el momento de la cocción.