El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) de España ha delineado un cambio de paradigma crucial en la estrategia militar del país, adaptándola a un mundo cada vez más volátil. En una reciente intervención, el JEMAD explicó que la visión de las Fuerzas Armadas ha evolucionado de un modelo de «proyección de estabilidad» en el extranjero a la necesidad de prepararse para un conflicto armado de alta intensidad en el corazón de Europa.
Este drástico giro, si bien con algunas «señales preexistentes», fue «repentino e inesperado» a raíz del conflicto en Ucrania. La misión principal del JEMAD, según su propia definición, se articula en dos pilares: la dirección estratégica de operaciones y la definición y priorización de las capacidades militares necesarias para mantener unas Fuerzas Armadas equilibradas y eficaces.
Lo que antes se concebía como una fuerza modular orientada a la proyección de estabilidad en el extranjero, como en Afganistán, ahora se enfrenta a la realidad de un posible conflicto armado de alta intensidad en el corazón de Europa. Esta transformación, impulsada inesperadamente por la citada guerra en Ucrania, obliga a las Fuerzas Armadas españolas a reajustar sus estrategias de preparación y sus necesidades de equipamiento con el aumento del gasto en el horizonte.

EL LARGO CAMINO HACIA EL 2% DEL PIB
Con el compromiso del Gobierno de alcanzar el 2% del PIB en gasto de defensa antes de 2030, el JEMAD considera que esta meta es «aproximadamente» suficiente para cumplir con los objetivos de capacidad asignados a España por la OTAN. Esta senda presupuestaria permitirá impulsar programas de modernización largamente esperados, muchos de ellos nacidos de la necesidad de recuperar capacidades perdidas tras años de crisis económica.
Entre los programas clave para el futuro de las Fuerzas Armadas se encuentran: El vehículo de combate 8×8 Dragón; El submarino S-80 y los nuevos cazas Eurofighter y los aviones de reabastecimiento en vuelo A330 MRTT. La inversión actual se centra en estos programas de modernización clave que buscan revertir el déficit de capacidades acumulado durante años de crisis económica. Para Defensa estos proyectos son esenciales para reemplazar equipamiento obsoleto y recuperar la eficacia operativa, algo que preocupa bastante a la ministra Margarita Robles.
Más allá de la adquisición de nuevas plataformas, el JEMAD subrayó la necesidad de avanzar en nuevas tecnologías como la ciberdefensa, los sistemas no tripulados y la guerra electromagnética, campos que han demostrado ser decisivos en conflictos recientes como el de Ucrania.
La atracción y retención de personal cualificado, especialmente en áreas de alta demanda como la ciberseguridad, la inteligencia o el espacio, es uno de los mayores desafíos actuales. Las Fuerzas Armadas están centrando sus esfuerzos en mejorar la formación y ofrecer una educación de excelencia que garantice a sus miembros una sólida perspectiva profesional, incluso si deciden regresar al ámbito civil.
Respecto a las nuevas tecnologías, el JEMAD confirmó que España está adoptando la inteligencia artificial (IA), pero siempre con una estricta supervisión humana. La decisión final, especialmente en el uso de sistemas letales, «siempre la tendrá el ser humano» por razones éticas y de seguridad. La cooperación público-privada a través de contratos con empresas tecnológicas es el modelo habitual para el desarrollo de estas herramientas.

EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA OTAN Y LA CUESTIÓN MARROQUÍ
La valoración de España dentro de la Alianza Atlántica es «óptima». El JEMAD destacó el esfuerzo del país en despliegues como los del flanco oriental y la «altísima calidad» del personal en el cumplimiento de sus misiones. No obstante, se mantiene una «cierta preocupación» en el flanco sur de la OTAN debido a la creciente presencia militar rusa en el Sahel, un factor que podría generar inestabilidad y afectar a España indirectamente.
En cuanto a la relación con Marruecos, el JEMAD afirmó que «ahora mismo no se contempla» un escenario de invasión de Ceuta y Melilla, a pesar de la reivindicación de soberanía por parte del país vecino. La capacidad disuasoria de las Fuerzas Armadas españolas se mantendrá y fortalecerá en los próximos 15 años gracias al aumento presupuestario.
Finalmente, el JEMAD concluyó que si bien la defensa se percibe a menudo como algo ajeno a la población, conflictos como los de Ucrania o los ataques en el Mar Rojo demuestran que la inestabilidad global afecta «de una manera quizás más directa» a la vida diaria de los ciudadanos, por ejemplo, en los precios y la economía.
