Los huevos gratinados son esa receta de fondo de armario culinario que rescata cualquier noche en la que falta el tiempo y sobran las ganas de algo rico. Con apenas cuatro ingredientes, esta propuesta sencilla y deliciosa se convierte en una solución exprés para cenas de diario sin renunciar al sabor. En solo 15 minutos, es posible tener sobre la mesa un plato reconfortante, cremoso y con ese irresistible toque dorado que aporta el gratinado.
Lo mejor de los huevos gratinados es que no necesitan técnica ni experiencia en la cocina. Cualquiera puede prepararlos sin complicaciones, y lo mejor es que admiten variaciones según lo que haya en la nevera. Salsa de tomate, nata y queso rallado bastan para elevar los huevos a otra categoría. Y si además se acompañan con una ensalada o un poco de pan, la cena está más que resuelta.
2Preparación rápida para una cena sin estrés

La preparación de los huevos gratinados es tan simple como eficaz. Primero, se engrasa ligeramente una fuente apta para horno y se extiende una base de salsa de tomate. Encima, se cascan los huevos con cuidado, procurando que la yema quede entera. Luego se añade un chorrito de nata sobre cada huevo y se cubre todo con una generosa capa de queso rallado.
Con el horno precalentado a 200 ºC, se gratinan durante unos 10 a 12 minutos, o hasta que el queso esté dorado y burbujeante, y la clara del huevo cuajada. Si se desea la yema más hecha, se puede dejar un par de minutos más. También es posible hacerlos en el microondas, aunque el acabado del gratinado no será igual de crujiente. En cualquier caso, el resultado es delicioso.