lunes, 14 julio 2025

Descubren cómo interpretar los anillos de los árboles y calcular su antigüedad real

Los árboles han sido durante siglos símbolos de sabiduría y longevidad, pero no todos saben que también son auténticos archivos naturales del tiempo. A través de sus anillos internos, los árboles pueden contar su historia con una precisión sorprendente. Cada anillo marca no solo un año de vida, sino también las condiciones ambientales que vivieron durante ese periodo, como lluvias, sequías, incendios e incluso plagas. Lo que parece un simple corte en un tronco, en realidad esconde un registro completo de la vida del árbol y del entorno que lo rodeó.

Publicidad

Interpretar correctamente estos anillos es una práctica científica conocida como dendrocronología. Aunque a muchos nos lo explicaron de forma superficial en la escuela, contar anillos no es tan simple como parece. Los árboles responden de forma distinta según la especie, el clima y el tipo de suelo en el que crecen, por lo que su lectura exige algo más que una mirada rápida. Esta disciplina se ha convertido en una herramienta fundamental para científicos que estudian el cambio climático, la historia ambiental y hasta fenómenos geológicos.

2
Tecnología que respeta la vida del árbol

Fuente: Pexels

Aunque muchas veces se analizan árboles talados o caídos por causas naturales, los científicos también han desarrollado técnicas para estudiar los anillos sin dañar al ejemplar. Utilizan herramientas de perforación especiales que extraen cilindros delgados del tronco, como si fueran biopsias vegetales. Este método permite examinar los anillos en detalle sin comprometer la salud de los árboles, algo crucial cuando se trata de especies longevas o protegidas.

Gracias a esta tecnología, los árboles pueden seguir cumpliendo su función ecológica mientras nos ayudan a entender mejor nuestro planeta. Los datos recogidos se utilizan, por ejemplo, para reconstruir climas pasados con precisión de año en año, permitiendo detectar patrones de cambio climático y compararlos con los actuales. Cada árbol estudiado aporta una pieza más al gran rompecabezas del tiempo.

Publicidad
Publicidad