martes, 15 julio 2025

El límite de Bizum que tu banco no quiere que sepas: no es el dinero, es el número de operaciones

Bizum ha revolucionado la forma en que los españoles manejamos el dinero en nuestro día a día. Esa pequeña aplicación integrada en la banca digital se ha convertido en el método más rápido y socorrido para saldar cuentas con amigos, compartir gastos de una cena o simplemente hacerle un envío rápido a un familiar. Su popularidad ha crecido como la espuma desde su lanzamiento en 2016, integrándose en la vida cotidiana hasta tal punto que «hacer un Bizum» ya es parte del lenguaje popular, una expresión sinónimo de inmediatez y sencillez al transferir pequeñas cantidades. Pocos sistemas de pago han logrado calar tan hondo y tan rápido en los hábitos de la gente.

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Pero, como suele ocurrir en la vida, detrás de esa aparente sencillez y libertad de uso que parece no tener límites, se esconden ciertas reglas que no siempre están a la vista del usuario común. Hablamos de restricciones que van más allá del importe máximo por operación o por día, que son las más conocidas. Existe otro tipo de barrera, menos comentada por las entidades bancarias, que afecta directamente al número de transacciones que se pueden recibir cada mes, y es ahí donde reside el matiz que muchos desconocen hasta que se topan de bruces con él. Comprender esta limitación es clave para evitar sorpresas desagradables y entender la lógica que subyace a su implementación.

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¿QUÉ SUCEDE CUANDO SUPERAS EL LÍMITE DE OPERACIONES?

Fuente: Freepik

Alcanzar o superar el límite de 60 operaciones recibidas al mes en tu cuenta de Bizum puede tener diversas consecuencias, y ninguna de ellas suele ser agradable. Lo más inmediato es que el propio banco puede bloquear la recepción de más Bizums, notificando al emisor que la operación no puede completarse por haber superado el límite de transacciones. Esto, además de generar un inconveniente logístico, puede levantar sospechas tanto en el emisor como en el receptor. La entidad bancaria, al detectar este patrón de alta frecuencia, podría contactar contigo para pedir explicaciones sobre la naturaleza de esas numerosas transacciones.

En casos más persistentes o si el banco considera que hay indicios claros de un uso profesional no declarado, las consecuencias pueden escalar. Podrían requerirte justificación documental de la procedencia de esos fondos, como facturas o contratos, algo que no podrás aportar si se trata de ventas «en negro». La situación podría derivar en una comunicación por parte del banco a la Agencia Tributaria, poniendo tu actividad bajo la lupa de Hacienda. Esto podría acarrear una inspección fiscal, la exigencia del pago de impuestos atrasados (IVA, IRPF), y, en el peor de los escenarios, la imposición de multas y recargos considerables por fraude fiscal.

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