martes, 15 julio 2025

¿Sabías que tu móvil puede ser un detector de mentiras? Así funciona

La posibilidad de que tu móvil se convierta en un detector de mentiras suena a ciencia ficción, ¿verdad? Parece sacado de una película de espías o de esas series policiacas donde la tecnología lo resuelve todo en cuestión de segundos. Sin embargo, la idea de que un dispositivo tan cotidiano como un smartphone pueda analizar el tono de voz o incluso el lenguaje corporal para discernir si alguien dice la verdad, o si está intentando colarnos una trola de campeonato, está más presente en nuestro día a día de lo que pensamos. Las aplicaciones que prometen esta capacidad ya pueblan las tiendas digitales, ofreciendo al usuario medio una herramienta que, supuestamente, va más allá de la intuición humana.

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Detrás de esta intrigante propuesta, se esconde la aplicación de algoritmos y tecnologías que buscan identificar patrones sutiles en nuestra comunicación, tanto verbal como no verbal. Estas apps afirman basarse en principios que, de forma tradicional, se han asociado a la detección del engaño, aunque la comunidad científica es mucho más cauta a la hora de validar su eficacia en un entorno no controlado. La proliferación de estas herramientas plantea no solo la eterna cuestión de su fiabilidad real, sino también una serie de interrogantes éticos y de privacidad que merecen una pausa para la reflexión.

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EL ARTE DE DETECTAR LA VERDAD EN LA ERA DIGITAL

Fuente: Freepik

La búsqueda de un método infalible para saber cuándo alguien miente es tan antigua como la humanidad. Desde las rudimentarias técnicas de la antigüedad, que observaban reacciones físicas como la sequedad de la boca al masticar arroz, hasta el popular polígrafo del siglo XIX, el ser humano ha intentado cuantificar las señales del engaño. Este último, por ejemplo, se basa en la medición de respuestas fisiológicas como la presión arterial, la respiración o la conductancia de la piel, bajo la premisa de que el acto de mentir provoca un estrés medible en el cuerpo. Sin embargo, incluso el polígrafo ha sido objeto de intenso debate sobre su fiabilidad y su admisibilidad en contextos legales, considerándose en muchos lugares una herramienta con limitaciones significativas y susceptible a la influencia del nerviosismo o el estrés inherente a la situación de la prueba.

Con la llegada de la era digital, la atención se ha desplazado hacia el análisis de otras variables que, según algunos estudios, podrían ofrecer pistas sobre la veracidad de un testimonio. Aquí es donde entra en juego el potencial del smartphone, un dispositivo equipado con micrófonos y cámaras capaces de captar matices hasta ahora difíciles de registrar y procesar a gran escala. La idea de que un detector de mentiras pueda integrarse en un aparato tan común abre un abanico de posibilidades, desde su uso en entrevistas o investigaciones hasta aplicaciones más lúdicas o de simple curiosidad entre particulares.

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