La temida multa por no notificar un cambio de domicilio a la DGT que puede llegar a 80€ y que muchos desconocen se ha convertido en una de las sanciones más comunes y, paradójicamente, más fáciles de evitar. En el ajetreo que supone una mudanza, entre cajas, nuevos contratos de suministros y la adaptación a un nuevo entorno, actualizar los datos en el carnet de conducir o en el permiso de circulación del vehículo suele quedar relegado al final de una larga lista de tareas pendientes. Sin embargo, para la administración, este olvido no es un asunto menor, ya que, la Dirección General de Tráfico no perdona los despistes que pueden comprometer la comunicación oficial con el conductor, y aplica el reglamento con rigor.
Este simple descuido administrativo abre la puerta a un escenario mucho más complejo que el mero pago de una sanción económica. La importancia de tener la dirección actualizada va más allá de cumplir con una obligación burocrática; es la garantía de que cualquier notificación relevante, desde la renovación de la ITV hasta la comunicación de una infracción grave, llegará a su destinatario. No recibir estas notificaciones no exime de responsabilidad, y lo que comienza como un trámite olvidado puede derivar en, una cadena de problemas que pueden acabar costando mucho más que el importe inicial de la multa, generando un embrollo legal y financiero que nadie desea.
5OTROS DESPISTES COMUNES QUE ENGORDAN LAS ARCAS DE LA DGT

Este olvido del cambio de domicilio no es el único despiste administrativo que puede costar caro a los conductores españoles. Circular con el permiso de conducir caducado es otra de las infracciones más habituales, castigada con una sanción de 200 euros. A diferencia de la ITV, no existe un plazo de cortesía para renovarlo una vez ha expirado la fecha. Esta multa es más severa que la del cambio de domicilio, pues, un descuido que puede salir muy caro en cualquier control rutinario de la Guardia Civil, ya que se considera una infracción grave que pone en duda la aptitud del conductor para estar al volante.
Otro clásico de las sanciones por descuido es el relacionado con la Inspección Técnica de Vehículos. Tener la ITV caducada no solo es un riesgo para la seguridad vial, sino que también conlleva una multa de 200 euros. Pero el problema se agrava si la inspección resultó desfavorable y se sigue circulando con el vehículo fuera de los supuestos permitidos. El no estar localizable para recibir la notificación de esta u otra multa es la razón fundamental para actualizar siempre el domicilio. Esta última multa es una de las más temidas por los conductores, ya que en ese caso la sanción asciende a 500 euros y no permite la circulación del vehículo salvo para ir al taller y a la estación de ITV.