domingo, 20 julio 2025

«Esta contraseña ha aparecido en una filtración de datos», como actuar ante este agujero negro de seguridad que alerta Google

La notificación de que una contraseña tuya ha aparecido en una filtración de datos es uno de los avisos más inquietantes que podemos recibir en nuestra vida digital. Ese pequeño mensaje, cortesía de Google, aparece de repente en nuestra pantalla y congela la sangre, transformando la confianza que depositamos en nuestras credenciales en una sensación de vulnerabilidad absoluta. Es el equivalente a que alguien nos diga que una copia de la llave de nuestra casa está circulando por ahí, en manos desconocidas y con intenciones inciertas. De repente, esa combinación secreta que protege nuestros correos, fotos y datos bancarios se ha convertido en un riesgo latente.

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Lo más alarmante es que este agujero negro de seguridad es mucho más común de lo que imaginamos y la mayoría de usuarios no sabe cómo reaccionar ante este aviso, quedándose paralizados o, peor aún, ignorándolo. No se trata de un fallo de seguridad de Google, sino de una advertencia sobre nuestra propia higiene digital. La alerta es, en realidad, una oportunidad de oro para tomar el control, una llamada de atención para que revisemos y fortifiquemos nuestras defensas antes de que sea demasiado tarde. Actuar con rapidez y conocimiento no solo soluciona el problema inmediato, sino que nos enseña a navegar de forma mucho más segura por la telaraña digital.

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OPERACIÓN CORTAFUEGOS: LA URGENCIA DE CAMBIAR UNA CONTRASEÑA VULNERADA

Ante un aviso de contraseña vulnerada, la inacción no es una opción. La prioridad absoluta es cambiar esa contraseña de inmediato en el sitio web que sufrió la filtración. Pero el trabajo no termina ahí, ya que el siguiente paso es, si cabe, más importante. Debes hacer un ejercicio de memoria y cambiar esa misma contraseña en todos y cada uno de los otros servicios en los que la estuvieras utilizando. Ignorar este segundo paso, es como cambiar la cerradura de la puerta delantera de tu casa pero dejar la de la trasera intacta, sabiendo que el ladrón tiene una copia de la misma llave.

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A la hora de crear una nueva contraseña, debemos abandonar para siempre los malos hábitos. Olvídate de ‘123456’, el nombre de tu mascota o tu fecha de nacimiento. Una contraseña robusta debe tener al menos 12 caracteres y combinar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. Un truco muy efectivo es usar una ‘frase de contraseña’, que consiste en unir varias palabras que no tengan relación entre sí pero que tú recuerdes fácilmente, como ‘RinoceronteVerde&Salta5Coches’. Esta técnica, crea una clave larga y compleja que es extremadamente difícil de descifrar para los programas informáticos de los hackers, pero relativamente sencilla de memorizar para ti.

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