La emoción de una compra online es casi universal, un pequeño ritual moderno que va desde el clic de confirmación hasta la esperada llegada del paquete. Abrimos la caja con expectación, pero a veces, la realidad no está a la altura de la imagen en la pantalla. El color no es el que parecía, la talla no encaja, el dispositivo no funciona como prometía o, simplemente, ya no lo queremos. En ese momento de decepción, muchos creen que el camino de vuelta es un laberinto de excusas, formularios y discusiones con el vendedor. Sin embargo, la ley nos concede un as en la manga realmente poderoso.
Lo que la mayoría de los consumidores desconoce es que existe una herramienta legal formidable diseñada para protegernos en este escenario: el derecho de desistimiento. No se trata de una política de buena voluntad de la tienda, sino de un derecho irrenunciable que nos ampara en casi cualquier transacción a distancia. Este mecanismo nos permite, en esencia, cambiar de opinión sin tener que dar la más mínima explicación, convirtiendo el arrepentimiento del comprador en una razón legítima para anular un contrato y recuperar nuestro dinero, incluso si hemos abierto y probado el producto. Es el poder de decir «no lo quiero» y que la ley te respalde.
5NO TODO VALE: LAS EXCEPCIONES A LA REGLA Y CÓMO EJERCER TU DERECHO

Aunque el derecho de desistimiento es muy amplio, existen algunas excepciones lógicas contempladas en la ley. No podrás devolver, por ejemplo, bienes personalizados o hechos a medida, como una camiseta con una foto tuya o un mueble con unas dimensiones específicas. Tampoco se aplica a productos que puedan deteriorarse o caducar con rapidez, como alimentos frescos. Del mismo modo, quedan excluidos los bienes precintados por razones de salud o higiene que hayan sido desprecintados tras la entrega, como la ropa interior, los cosméticos o los auriculares intrauditivos.
Para ejercer tu derecho, no necesitas rellenar formularios complejos ni enviar un burofax. Basta con una comunicación clara e inequívoca al vendedor antes de que venza el plazo. Un simple correo electrónico manifestando tu voluntad de desistir de la compra online es suficiente. Es muy recomendable guardar una copia de esa comunicación como prueba. El vendedor puede ofrecerte un formulario de desistimiento en su web, cuyo uso es voluntario y no pueden obligarte a rellenarlo como única vía. Lo importante es dejar constancia fehaciente de tu decisión dentro del plazo legal para que tu derecho sea incontestable.