jueves, 17 julio 2025

Los altercados de Torre Pacheco: una muestra de la guerra híbrida de Marruecos

Los incidentes contra la población marroquí de Torre Pacheco en Murcia llegan a su sexta noche con un acierta calma tensa. Aquellos hechos se produjeron cuando tres jóvenes de origen marroquí y ajenos a la localidad murciana agredieron brutalmente a un anciano de la ciudad sin motivo aparente y supuestamente por mera diversión. Diversas teorías apuntan a Marruecos.

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Aquello originó que vecinos de la localidad persiguieran a todos marroquíes a su paso con varias agresiones, por la noche los del norte de África se organizaron y contratacaron, en una espiral de tensión que dura hasta hoy con agentes externos ligados a la ultraderecha que han intervenido, supuestamente, en el conflicto.

Unos hechos que han vuelto a sacar a colación la integración de la comunidad marroquí dentro de la española en numerosas ocasiones, algo que complica mucho las relaciones sociales y que diversas teorías ofrecidas desde el CNI y la Guardia Civil indican que muchos de los recién llegados forman una «especie de quinta columna» dentro de la guerra híbrida que ambos países mantienen por disputas territoriales, el reconocimiento de la marroquinidad del Sahara Occidental y los recursos naturales cercanos a las Islas Canarias.

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Varias personas increpan a periodistas de TVE durante una manifestación no autorizada y promovida por grupos de ultraderecha en redes sociales, a 15 de julio de 2025 (Fuente: Agencias)

En un contexto de creciente tensión, MONCLOA.com ha entrevistado al activista y escritor saharaui Taleb Alisalem, quien arroja luz sobre las «técnicas sociales» que Marruecos supuestamente emplea contra el pueblo saharaui y que, según su testimonio, también aplica en España. Alisalem describe una «guerra híbrida» en la que el ultranacionalismo marroquí se manifiesta con una preocupante virulencia.

La aparición de banderas marroquíes en Torre Pacheco y la celebración de la «Marcha Verde» en Tarragona con más de 500 personas de la diáspora marroquí son señaladas por Alisalem como ejemplos claros de un nacionalismo «ultranacionalista y supremacista» que permea en gran parte de la migración marroquí. Para el activista, estos actos son una provocación, especialmente la «Marcha Verde», que simboliza un «genocidio y una ocupación ilegal contra el pueblo saharaui».

La exhibición de fotos del rey de Marruecos, banderas y «gritos racistas» contra los saharauis durante estas concentraciones no hacen más que reforzar la percepción de un sentimiento de odio hacia el pueblo saharaui y, en cierto grado, también hacia los españoles. Alisalem traza una «relación directa» entre lo sucedido en Torre Pacheco y este sentimiento nacionalista.

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Taleb Alisalem (Fuente: RRSS)

INMIGRACIÓN Y TERRORISMO COMO ARMAS

Alisalem enfatiza que los incidentes relacionados con Marruecos «nunca son casualidad». Menciona como precedente la apertura de fronteras en 2021, cuando Marruecos «lanzó» a más de 10.000 personas en un solo día hacia España. Este suceso fue interpretado como una «reacción» al recibimiento de Brahim Ghali en España, mostrando un patrón de «chantaje» recurrente.

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El escritor saharaui también denuncia que Marruecos «amenaza con cortar el flujo de información en materia de lucha contra el terrorismo», una inteligencia vital que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) utiliza para «bloquear células terroristas». Alisalem apunta a una inquietante correlación, «cuando Marruecos bloquea ese paso de información, pues casualmente siempre las semanas próximas vimos actos terroristas», como el de la furgoneta en Barcelona.

Esto sugiere una implicación directa de Marruecos en la desestabilización de España, tanto a través de la inmigración como mediante la «movilización de forma directa o indirecta de ciertas células en su diáspora», lo que podría interpretarse como una «llamada de atención» dirigida al Partido Popular.

LA SOMBRA DE MARRUECOS SOBRE EL PSOE

La entrevista en MONCLOA.com profundiza en la polémica relación entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Marruecos, describiéndola como un vínculo basado en el «chantaje» y la «compra de voluntades y el soborno».

Alisalem critica que una «gran parte de la cúpula del Partido Socialista se pasa la mayor parte del tiempo en Marruecos», participando en «actos muy bien pagados» de los cuales se desconoce la procedencia del dinero y las cantidades exactas.

El activista pide una «investigación» sobre figuras como Moratinos, Aguilar, Zapatero, Felipe González y María Trujillo, exministra que reside en Marruecos y que, según Alisalem, «reclama no solo el Sáhara para Marruecos, sino que también defendió que Ceuta y Melilla sean entregadas a Marruecos».

Incluso menciona a José Bono, quien «viajó al Sáhara ocupada a blanquear la ocupación». La insinuación es clara: «Toda esta gente, toda esta cúpula del Partido Socialista estaría bien saber hasta qué punto está comprada por Marruecos.

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Agentes de Policía Local y Guardia Civil durante los altercados en Torre Pacheco, a 12 de julio de 2025, en Torre Pacheco, Murcia (Fuente: Agencias)

MANCHA PARA EL «BUEN NOMBRE» DE LA COMUNIDAD MIGRANTE

Finalmente, Alisalem aborda la preocupación por «grupos procedentes de cierto país» que «no vienen a estudiar, que no vienen a trabajar, que no vienen buscando un futuro mejor, sino que vienen directamente a delinquir». Describe una «realidad» visible en las calles, individuos que generan «miedo», se comportan con «chulería», «persiguen, roban, te quitan el móvil, la cartera y demás, y que crean estos actos de vandalismo».

Esta situación, según el activista, «afecta a esa inmigración sana, a esa inmigración obrera, a esa inmigración que viene a trabajar, a labrarse un futuro». Alisalem asegura que al hablar con inmigrantes trabajadores, la respuesta unánime es la «deportación inmediata» para «cualquiera que viole, que cree conflicto, que haga vandalismo», ya que estos actos «manchan la imagen de un gran colectivo que en su mayoría viene a trabajar dignamente».

En este sentido, el activista saharaui señala que la izquierda española tiene un problema del que huye constantemente, siendo este tipo de delincuencia la que «mina a muchos obreros y a esos barrios donde residen». En vez de acercarse a ellos y solucionar el problema se dedican a «acusar a parte de la población de pertenecer a movimientos nazis», cuando no es así. «Cuando lo que deberían hacer es no acceder al chantaje emocional marroquí», finaliza.

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