El agua siempre ha sido considerada la principal fuente de hidratación; una idea lógica si se tiene en cuenta que el cuerpo humano está compuesto en un 60% por agua, y que la pérdida de líquidos, ya sea por sudor, respiración o funciones metabólicas, necesita reponerse constantemente. Sin embargo, cuando el calor aprieta o se realiza ejercicio físico intenso, beber solo agua puede no ser suficiente. Existen otras bebidas que, por su contenido en nutrientes y electrolitos, ofrecen una hidratación más prolongada y efectiva.
El agua pura tiene una absorción rápida, lo que la hace ideal para un aporte inmediato. Pero, como explican especialistas como Natalia Migdalova, algunas bebidas retienen mejor los líquidos en el organismo, lo que resulta muy útil para mantener una hidratación constante en situaciones exigentes. Lejos de desplazarla, estas opciones la complementan, sobre todo cuando la pérdida de líquidos es elevada o el cuerpo necesita más que solo H₂O para recuperarse.
3El agua, al final, sigue siendo la reina
Aunque haya bebidas que, en ciertas condiciones, hidraten mejor que el agua, esta sigue siendo la opción más segura y eficaz para la mayoría. Beber con moderación y responder a la sed son las claves. En días de calor sofocante, después del deporte o ante una enfermedad, saber cuándo recurrir a otras opciones es tan importante como mantener la botella cerca. Porque en hidratación, como en casi todo, lo que marca la diferencia es el equilibrio.
Además, conviene recordar que la hidratación no depende únicamente de lo que bebemos, sino también de lo que comemos. Frutas como la sandía, el melón, la naranja o el pepino tienen un alto contenido en agua y pueden contribuir significativamente a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo. Por eso, en días de calor extremo o actividad intensa, apostar por una alimentación rica en alimentos hidratantes puede ser tan útil como elegir bien lo que bebemos. Todo suma cuando se trata de cuidar el cuerpo desde dentro.
