El sueño no solo depende de cuántas horas pasamos en la cama, sino también de cómo cuidamos al cuerpo en las horas previas. Una cena pesada, demasiado tarde o poco equilibrada puede interferir directamente en la calidad del descanso, provocando digestiones lentas, sensación de pesadez e incluso despertares a mitad de la noche. Aunque no siempre lo asociamos, lo que ponemos en el plato por la noche influye más de lo que creemos en cómo dormimos y cómo nos sentimos al día siguiente.
Cuando cenamos más temprano y optamos por comidas ligeras el sueño mejora considerablemente. Esta modificación sencilla permite que el cuerpo procese los alimentos antes de acostarnos, lo que reduce el esfuerzo del sistema digestivo durante la noche y facilita un descanso más profundo. No se trata de hacer dieta ni de contar calorías, sino de ser conscientes de que lo que comemos por la noche tiene un impacto directo en nuestra salud, tanto física como mental.
2El sueño se beneficia de cenas ligeras y bien pensadas

El sueño responde positivamente cuando terminamos el día con platos ligeros, equilibrados y fáciles de digerir. Una crema de calabaza, una tortilla francesa, pescado al horno con verduras o yogur natural con avena y frutos secos son opciones que no solo alimentan bien, sino que ayudan al cuerpo a relajarse. Además, ciertos alimentos como los plátanos, la avena o las almendras estimulan de forma natural la producción de melatonina, la hormona que regula los ciclos del sueño y nos prepara para descansar.
El sueño también se ve afectado por lo que evitamos en la cena. Fritos, ultraprocesados, comidas picantes, azúcares refinados y bebidas como el alcohol o el café alteran el sistema nervioso y la digestión, interfiriendo directamente con el descanso. Comer mejor no significa comer poco, sino elegir lo que el cuerpo agradece en ese momento del día. Incorporar este tipo de cenas durante varios días seguidos permite notar mejoras notables en cómo dormimos y cómo nos sentimos al despertar. Es una inversión pequeña con un impacto enorme.