Ese inocente botón de arranque que ha sustituido a la clásica llave en la mayoría de los vehículos modernos es un símbolo de comodidad y tecnología, pero esconde un peligro latente que la Dirección General de Tráfico no se cansa de señalar. Aunque su función principal es facilitar nuestra vida, , una pulsación accidental o deliberada en el momento equivocado puede desencadenar una secuencia de fallos catastróficos, transformando nuestro dócil utilitario en una máquina incontrolable. La familiaridad con este componente nos ha llevado a subestimar su poder, olvidando que su activación en plena autopista no tiene nada que ver con apagar el motor en nuestro garaje. Es una puerta a un escenario de pánico para el que ningún conductor está preparado.
La advertencia de la DGT no es una exageración alarmista, sino una llamada desesperada a la prudencia ante una funcionalidad mal entendida por el gran público. Imagina la escena por un instante, circulando a ciento veinte kilómetros por hora en un carril rápido, rodeado de otros vehículos. Un simple gesto, quizás de un niño curioso o un despiste fatal, y el motor se detiene. , lo que sigue es una pérdida casi instantánea de los sistemas vitales de seguridad activa del coche, como la dirección asistida y el servofreno. En esa fracción de segundo, el control que dabas por sentado se desvanece por completo, dejándote a merced de la física y el pánico. La cuestión no es si podría pasar, sino qué harías exactamente cuando ocurra.
3LA ADVERTENCIA SILENCIOSA DE LA DGT QUE NADIE ESCUCHA
La Dirección General de Tráfico centra gran parte de sus campañas en peligros evidentes como el exceso de velocidad, el consumo de alcohol o el uso del móvil. Sin embargo, sus advertencias sobre la importancia de conocer el vehículo y evitar cualquier tipo de distracción engloban peligros más sutiles como el que representa este botón. No encontraremos una campaña masiva con este componente como protagonista, pero su mensaje está implícito en cada llamada a la responsabilidad al volante. , la DGT asume que los conductores deben entender que cualquier manipulación de los controles esenciales del coche en marcha es una temeridad, y el botón de arranque es, sin duda, uno de ellos.
El verdadero alcance de esta advertencia se manifiesta en los escenarios de mayor riesgo: carreteras con curvas, adelantamientos o tráfico denso. Es en esos momentos de alta exigencia cuando una pérdida de control, por breve que sea, tiene consecuencias fatales. La DGT insiste en que la anticipación y la concentración son los pilares de la seguridad vial. , pulsar este botón es el acto contrario a la anticipación, es introducir un elemento de caos impredecible en un entorno que no perdona errores, y es precisamente esa falta de conciencia sobre las consecuencias lo que más preocupa a las autoridades. La responsabilidad de conocer el funcionamiento y los riesgos de nuestro coche es exclusivamente nuestra.
