Ese inocente botón de arranque que ha sustituido a la clásica llave en la mayoría de los vehículos modernos es un símbolo de comodidad y tecnología, pero esconde un peligro latente que la Dirección General de Tráfico no se cansa de señalar. Aunque su función principal es facilitar nuestra vida, , una pulsación accidental o deliberada en el momento equivocado puede desencadenar una secuencia de fallos catastróficos, transformando nuestro dócil utilitario en una máquina incontrolable. La familiaridad con este componente nos ha llevado a subestimar su poder, olvidando que su activación en plena autopista no tiene nada que ver con apagar el motor en nuestro garaje. Es una puerta a un escenario de pánico para el que ningún conductor está preparado.
La advertencia de la DGT no es una exageración alarmista, sino una llamada desesperada a la prudencia ante una funcionalidad mal entendida por el gran público. Imagina la escena por un instante, circulando a ciento veinte kilómetros por hora en un carril rápido, rodeado de otros vehículos. Un simple gesto, quizás de un niño curioso o un despiste fatal, y el motor se detiene. , lo que sigue es una pérdida casi instantánea de los sistemas vitales de seguridad activa del coche, como la dirección asistida y el servofreno. En esa fracción de segundo, el control que dabas por sentado se desvanece por completo, dejándote a merced de la física y el pánico. La cuestión no es si podría pasar, sino qué harías exactamente cuando ocurra.
5MÁS ALLÁ DEL PÁNICO: CÓMO ACTUAR SI OCURRE LO IMPENSABLE
Si por una desgracia o un accidente impensable, el motor de tu coche se apaga en marcha tras pulsar el botón, la primera regla de oro es no dejarse dominar por el pánico. La mente debe imponerse al instinto. Lo primero es sujetar el volante con ambas manos y con toda la firmeza posible para mantener la trayectoria. , debes ser consciente de que necesitarás mucha más fuerza de lo normal para girar, pero el vehículo todavía puede ser dirigido. Inmediatamente después, si la transmisión lo permite, es crucial poner la palanca de cambios en punto muerto (N) para que las ruedas giren libremente sin la resistencia del motor apagado.
Con el coche en punto muerto y avanzando por inercia, comienza a pisar el pedal del freno. Hazlo de manera firme, constante y anticipando que la respuesta será mucho menor. No bombees el freno, ya que podrías agotar la poca presión residual que quede en el circuito. , tu objetivo principal es señalizar tu situación con las luces de emergencia y dirigir el vehículo hacia el arcén o una zona segura de la manera más controlada posible. Una vez detenido, podrás volver a arrancar el motor con normalidad. Conocer estos pasos puede marcar la diferencia entre un susto monumental y una tragedia, demostrando que el conocimiento es la defensa definitiva contra el mal uso de este botón.