domingo, 20 julio 2025

Esta foto inocente que subiste a redes sociales puede estar robando tus datos bancarios

Es asombroso cómo una simple foto subida a nuestras redes sociales, aparentemente inofensiva, puede transformarse en una brecha de seguridad inesperada, un caballo de Troya digital que pone en jaque nuestra privacidad y, lo que es peor, nuestras finanzas personales. Vivimos en una era donde compartir fragmentos de nuestra vida online se ha convertido en algo tan natural como respirar, pero pocos se detienen a pensar en la información oculta que acompaña a esas imágenes que con tanta alegría difundimos; una capa invisible de datos que, en manos equivocadas, se convierte en un arma potentísima para los ciberdelincuentes.

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No hablamos solo de la geolocalización que a veces dejamos activada sin querer, indicando a todo el mundo dónde hemos estado, sino de algo mucho más insidioso y menos conocido: los metadatos incrustados en ciertas imágenes que, si no se manejan con precaución, revelan detalles críticos sobre nosotros. La digitalización ha traído consigo comodidades inimaginables, pero también riesgos que evolucionan a la par que la tecnología; un panorama complejo que exige una vigilancia constante y un conocimiento básico de cómo proteger nuestra huella digital. Profundicemos en cómo esa imagen que parece tan solo un recuerdo puede estar, sin saberlo, entregando las llaves de tu reino financiero a terceros indeseados.

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EL PELIGRO ESPECÍFICO EN IMÁGENES DE DOCUMENTOS O BILLETES

YouTube video

El riesgo inherente a los metadatos se dispara exponencialmente cuando las fotos que subimos a internet contienen imágenes sensibles, como documentos de identidad, tarjetas bancarias o incluso billetes de banco. Es común, aunque increíblemente imprudente, que algunas personas compartan fotos de sus nuevas tarjetas de crédito (tachando supuestamente los números, pero olvidando otros detalles), o de un fajo de billetes mostrando su «suerte» financiera, o incluso una captura de pantalla de una transacción bancaria con información visible. En estos casos, la foto no solo lleva metadatos técnicos, sino que el contenido visual de la imagen misma es el objetivo principal de los delincuentes. Aunque tapes parte de la información visible en la foto, los metadatos siguen ahí, y lo que es peor, el contenido que sí dejas visible puede ser suficiente, combinado con otros datos, para ser explotado.

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Las imágenes de documentos como el DNI, pasaportes o facturas son particularmente peligrosas. A veces, por pereza o desconocimiento, enviamos fotos de estos documentos a través de canales inseguros o los subimos a plataformas que no garantizan la eliminación de metadatos. Un delincuente que obtenga una foto de tu DNI, incluso si borra parte de la información visible en la imagen, podría potencialmente extraer metadatos que le den pistas adicionales sobre ti. Lo mismo ocurre con las fotos de billetes de banco; aunque parezca increíble, los números de serie visibles en los billetes pueden ser rastreados en ciertos contextos, y si a eso le añades metadatos de la foto, la imagen inocente se vuelve mucho más comprometedora. Este tipo de foto, que combina metadatos con información sensible visible o parcialmente visible, es un caldo de cultivo para el robo de identidad y el fraude, haciendo que compartir algo así, aunque parezca un acto menor, sea un riesgo considerable.

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