La increíble variedad de quesos españoles constituye una despensa casi infinita de sabores, texturas y aromas que a menudo queda eclipsada por la fama de sus vecinos franceses o italianos. Sin embargo, nuestro país es una superpotencia quesera con un legado que se hunde en la historia y en la diversidad de sus paisajes. Hablamos de un patrimonio vivo, protegido por sellos de calidad que garantizan su autenticidad. Este mapa de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) e Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) es la brújula perfecta para descubrir por qué España es un paraíso para los amantes de los buenos quesos, uno de los tesoros gastronómicos mejor guardados de nuestro país.
Explorar este universo es embarcarse en un viaje sensorial por la geografía española, desde las verdes montañas del norte hasta las áridas llanuras de la meseta y las islas bañadas por el sol. Cada Denominación de Origen cuenta la historia de un territorio, de una raza animal autóctona y de unas tradiciones artesanales que han sobrevivido al paso del tiempo. No es solo comida; es cultura. Comprender el significado de una DOP es entender que ese producto no podría existir en ningún otro lugar del mundo, un sello que garantiza no solo un origen geográfico concreto, sino también un método de elaboración y una calidad excepcionales.
1EL NORTE VERDE: LA CUNA DE LOS QUESOS INTENSOS Y HÚMEDOS

La cornisa cantábrica, con sus pastos permanentemente verdes y su clima húmedo, es el territorio de los quesos con carácter. Asturias, Cantabria y Galicia son el epicentro de algunas de las joyas más potentes de nuestro panorama quesero. El ejemplo más rotundo es el Cabrales asturiano, un queso azul elaborado en el corazón de los Picos de Europa. Su maduración en cuevas naturales le confiere una personalidad arrolladora y un picor inconfundible, donde la leche cruda de vaca, oveja y cabra se funde en un milagro azul. Es un queso que no deja indiferente a nadie, amado por unos y temido por otros, pero siempre respetado.
Pero el norte no es solo intensidad picante. En Galicia encontramos la suavidad y la cremosidad del Queso Tetilla, con su inconfundible forma cónica que le da nombre. Elaborado exclusivamente con leche de vacas gallegas, su sabor es láctico, mantecoso y con un punto de acidez muy agradable, demostrando que no todos los quesos de esta zona son una bomba de sabor. Esta dualidad entre la potencia del Cabrales o el Picón Bejes-Tresviso y la delicadeza del Tetilla es, una muestra de la diversidad que puede nacer de un mismo paisaje húmedo y fértil, ofreciendo un abanico para todos los gustos.