lunes, 21 julio 2025

«No es cansancio, es tu tiroides gritando»: la señal de alarma que el 75% de las mujeres ignora

La disfunción de la tiroides es una de las condiciones médicas más infradiagnosticadas en la actualidad, una epidemia silenciosa que afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Se camufla bajo la apariencia del estrés de la vida moderna, el agotamiento crónico que muchas asumen como el peaje ineludible de la multitarea, la carrera profesional y la vida familiar. Ese cansancio que se arrastra desde que suena el despertador, la sensación de no haber descansado nunca de verdad, puede ser mucho más que una simple fatiga pasajera. Cuando ese agotamiento se vuelve una constante, es la primera y más rotunda señal de que algo en nuestro organismo no funciona como debería, un grito de auxilio de una pequeña glándula con un poder inmenso sobre nuestro bienestar general.

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Esa extenuación persistente raramente viene sola; suele ir acompañada de un séquito de síntomas que, de forma aislada, podrían parecer triviales o achacables a otras circunstancias. La caída del cabello más acentuada de lo normal, una sensibilidad al frío que obliga a llevar una chaqueta en pleno verano o una piel cada vez más seca y apagada no son casualidades. Son piezas de un rompecabezas que muchas mujeres tardan años en completar, ignorando las señales que su propio cuerpo les envía. Comprender este cuadro clínico es el primer paso para dejar de normalizar un malestar que tiene nombre y, afortunadamente, tratamiento, desvelando un problema de salud que puede estar detrás de una notable pérdida de calidad de vida y que merece toda nuestra atención.

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LA DIRECTORA DE ORQUESTA QUE GOBIERNA TU CUERPO

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En la base del cuello, con una delicada forma de mariposa, se encuentra la glándula tiroides, una pieza fundamental del complejo sistema endocrino. A menudo subestimada, esta pequeña glándula es en realidad la directora de una vasta orquesta metabólica que regula el ritmo de prácticamente todas las células de nuestro cuerpo. Imagínela como el motor que determina la velocidad a la que funcionamos, la responsable de convertir los alimentos en energía, de regular la temperatura corporal, el ritmo cardíaco e incluso la agudeza mental. Cuando la tiroides funciona en armonía, libera la cantidad justa de hormonas T3 y T4, manteniendo todo el sistema afinado y en equilibrio, garantizando que cada proceso fisiológico se desarrolle con la energía y la precisión adecuadas para una vida plena y activa.

Cuando esta directora de orquesta decide bajar el ritmo, la producción hormonal disminuye y todo el metabolismo se ralentiza, entrando en un estado conocido como hipotiroidismo. De repente, la energía se desvanece y una fatiga abrumadora se instala en el día a día. No es un cansancio normal tras un día ajetreado, sino un agotamiento profundo y persistente que no mejora ni con el descanso más reparador. Esta es la consecuencia directa de que el motor del cuerpo funcione a un régimen inferior al necesario, afectando no solo a la energía física, sino también a la claridad mental y al estado de ánimo general, una muestra clara de cómo un desajuste en la tiroides puede impactar de forma global en nuestra salud.

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