El queso más caro del mundo es, para sorpresa de muchos, un tesoro gastronómico español que nace en la imponente soledad de los Picos de Europa. Hablamos del Gamonéu del Puerto, un manjar que nace de la niebla, la montaña y el saber hacer de unos pocos artesanos, convirtiéndolo en un objeto de deseo para gourmets de todo el planeta. Su historia no se escribe en libros de contabilidad, sino en las escarpadas laderas asturianas, donde cada pieza es un testimonio de una forma de vida heroica y en peligro de extinción. Una joya culinaria cuyo valor trasciende con creces su precio, ya de por sí astronómico.
Este queso asturiano, protegido por una Denominación de Origen, despierta una curiosidad casi reverencial, una fascinación por comprender cómo un proceso tan ancestral puede dar lugar a un producto de vanguardia, cuyo valor trasciende lo meramente económico para adentrarse en el terreno de la leyenda. No es solo un alimento; es el resultado de un ecosistema, de la leche cruda de animales que pastan en libertad y de la penumbra sagrada de una cueva. Un equilibrio perfecto entre la naturaleza más salvaje y la mano paciente del hombre, que da como resultado una experiencia sensorial única, un viaje al corazón mismo de Asturias que muy pocos han tenido el privilegio de experimentar.
1EL CORAZÓN DE LOS PICOS DE EUROPA: CUNA DE UNA JOYA LÁCTEA
El Gamonéu del Puerto no podría existir en ningún otro lugar del mundo. Nace en las majadas, las cabañas de pastores situadas en los puertos de montaña de Cangas de Onís y Onís, a más de mil metros de altitud. Es un paisaje de una belleza sobrecogedora pero también de una dureza extrema, un paisaje que forja el carácter de sus gentes y de sus productos, donde la elaboración del queso es más que un trabajo; es un acto de resistencia cultural, una forma de mantener vivo el legado de sus antepasados. Este producto español es un emblema de la lucha del hombre contra los elementos y de su perfecta simbiosis con un entorno que da y quita con la misma rotundidad.
La Denominación de Origen Protegida (DOP) Gamonéu ampara dos variedades: la del Valle y la del Puerto. Mientras la primera se puede elaborar durante todo el año en las zonas más bajas, la variante ‘del Puerto’ es la más cotizada y exclusiva, elaborada únicamente en las majadas de altura durante los meses de buen tiempo, desde junio hasta que las primeras nieves lo impiden, lo que limita drásticamente su producción anual y dispara su exclusividad. Esta estacionalidad, unida a que apenas quedan un puñado de elaboradores, lo convierte en una auténtica rareza gastronómica.